(EFE). Un hombre, acusado de violar en dos ocasiones y de maltratar y vejar a su compañera sentimental en un piso del barrio donostiarra de Altza, ha admitido este lunes su culpabilidad, se ha mostrado arrepentido y se ha conformado con los cinco años de cárcel que han pedido para él la Fiscalía y la acusación particular.
Inicialmente, el Ministerio Público solicitaba para este individuo penas que sumaban quince años de prisión, aunque después de que el varón reconociera lo sucedido ha accedido a rebajar su petición de condena al aplicarle las atenuantes de arrepentimiento, embriaguez y reparación del caño causado, puesto que ha indemnizado a la víctima con 3.000 euros.
Además, de la citada condena de prisión, el hombre, defendido por el letrado Carlos de Miguel, no podrá aproximarse a la perjudicada durante trece años y deberá permanecer diez años en situación de libertad vigilada.
Programa para la igualdad
En cualquier caso no ingresará en la cárcel, ya que el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, donde ha tenido lugar el juicio, ha accedido a suspenderle la pena de reclusión con las condiciones de que no vuelva a delinquir en los tres próximos años, de que no incumpla ninguna de las prohibiciones impuestas y siga un programa formativo para la igualdad de género.
Según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, al que ha tenido acceso EFE, los hechos se remontan al 11 de octubre de 2020, jornada durante la que el inculpado mantuvo relaciones sexuales consentidas con la víctima en tres ocasiones, si bien cuando la mujer rechazó repetir el acto en una cuarta oportunidad el procesado la violó, tras inmovilizarla y a pesar de que ella le pidió que «parara».
La segunda violación se produjo dos días más tarde, el 13 de octubre, cuando tras una nueva negativa de la chica, el hombre la agarró de las muñecas y la penetró «sin su consentimiento».
Esperar en el descansillo
Cuatro días después, el imputado cerró con llave la puerta del domicilio e impidió a la mujer acceder a su interior, lo que la obligó a esperar en el descansillo durante una hora, hasta que finalmente le franqueó el acceso al piso.
Al día siguiente, sobre las 15.30 horas del 18 de octubre, el hombre inició una discusión con la víctima porque nuevamente ella «se negó a mantener relaciones sexuales, por lo que el encausado la agarró del cuello, la empujó contra la pared y le propinó una bofetada.
Ante esta situación, la mujer se encerró en el dormitorio y llamó a la Policía mientras el hombre «aporreaba» la puerta hasta lograr acceder al interior, donde la amenazó con arrojarla por la ventana.
Las acusaciones consideran que estos hechos son constitutivos de dos delitos de violación, un delito de maltrato no habitual en el ámbito de la familia, un delito de coacciones leves, un delito continuado de amenazas leves y un delito leve de injurias.
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