La lluvia, ligera pero persistente, un sirimiri que duró toda la tarde, fue protagonista ayer en la segunda jornada del Festival de Jazz junto a un Chucho Valdés de 79 años emocionado que recogió el premio Donostiako Jazzaldia en la plaza de la Trinidad. El mismo premio que recogió su padre Bebo Valdés 18 años antes tal y como recordó el pianista. Una mítica saga familiar que es un lujo para el festival.
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