El miércoles partió de Katowice (Polonia) el primer autobús completo compuesto por familias que forman parte del Programa de Acogida de Chernobil Elkartea. «La salida de la tropas rusas de las aldeas cercanas a Chernóbil y el restablecimiento de parte de las comunicaciones han hecho posible este hito que las familias vascas y navarras que acogemos a esos niños llevábamos semanas esperando», expresan fuentes de la asociación.
En total vienen 56 personas de las cuales 41 son menores. Entre los niños hay 15 que han pasado los últimos veranos en esta tierra y que vuelven ahora, por motivos menos alegres, junto a sus hermanos. Con ellos llega una quincena de adultos, sobre todo madres y abuelas.
Desde Chernobil Elkartea recuerdan que «son familias sin recursos que viven en un entorno contaminado por la radiación nuclear» y que se encontraban bloqueados entre Kiev y la zona de exclusión de Chernóbil. La guerra ha terminado por hacer la situación insostenible.
Las familias de acogida de Chernobil Elkartea inciden en que este operativo sólo ha sido posible «gracias a la experiencia y buen hacer» de la asociación GBGE (Galdakaoko Boluntarioen Gizarte Elkartea), que cuenta con gran experiencia en la atención de personas refugiadas en la frontera y que trabaja allí con unos franciscanos que tienen estructura para dar alojamiento a quienes acuden al límite con Polonia huyendo de Ucrania.
Cuando conocieron este operativo de GBGE, cuatro personas voluntarias de Chernobil Elkartea viajaron a Katowice para sumarse al equipo y poder guiar a los menores de la asociación hasta la frontera donde se organizan los autobuses.
Este primer autobús, que llegará entre esta noche y mañana a Bilbao, es una verdadera luz de esperanza. En los próximos días está previsto que partan más desde Polonia en dirección a Euskadi y Navarra.
«La incertidumbre que sigue provocando la invasión rusa y el enfrentamiento armado en Ucrania nos obliga a trabajar para ayudar a que las familias que así lo deseen puedan abandonar el país y permanecer en un lugar seguro«, expresan desde Chernobil Elkartea las familias de acogida, que hoy podrán dormir un poco mejor.
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