El Centro de Menores Ibaiondo, en Zumarraga, ha sido testigo de una imagen inédita: los trabajadores, en su mayoría mujeres, se han concentrado este mediodía en la puerta para denunciar las agresiones que sufrieron dos educadoras el 14 de abril y para hacer pública la situación que atraviesan de un año a esta parte. Han hablado de «ansiedad, estrés, frustración, quema profesional y dificultad para desempeñar la labor educativa provocada por una situación de continua entrada y salida de menores con criterio de urgencia». Y han denunciado la existencia de jóvenes mayores de edad altamente agresivos que impiden el buen funcionamiento del centro».
En marzo se fugaron tres jóvenes que posteriormente fueron encontrados y el pasado 14 de abril se dio, con motivo de otra fuga, una agresión a dos educadoras. «Es una línea más en la ascendente agresividad del centro. No es una agresión derivada de un momento de descontrol sino algo organizado con graves consecuencias para las personas», han expresado los empleados de Ibaiondo.
El personal concentrado considera que la situación se agrava «debido a la existencia de jóvenes mayores de edad altamente agresivos que impiden el buen funcionamiento del centro y el desarrollo de las labores educativas». «Solicitamos que se verifique de forma rigurosa la edad de los menores y jóvenes que ingresan en el centro y que aquellos jóvenes mayores de edad que se opongan a la intervención educativa sean derivados a centros acordes con su edad».
«Solicitamos a las direcciones correspondientes y a los juzgados que tomen las medidas oportunas para que Ibaiondo pueda cumplir la finalidad para la que fue creado. Y que se tenga en cuenta la opinión de los profesionales que trabajamos».
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