Tras los 4 conciertos ya ofrecidos por el coro donostiarra en el Kursaal dentro de su I Ciclo de conciertos clásicos, el Orfeón Donostiarra ofrecerá este domingo un programa conocido por el público general, Carmina Burana de Carl Orff, en versión de 2 pianos y grupo de percusión.
En esta cita extraordinaria contará con la participación de valores de la música locales tales como TAUPA, grupo de percusión del Conservatorio profesional de música Francisco Escudero; los pianistas Jon Urdapilleta y Teodora Oprisor y los solistas Ana Otxoa Pando, Aitor Garitano y José Manuel Díaz. Todos ellos con la dirección del titular del coro donostiarra, José Antonio Sainz Alfaro.
La obra Carmina Burana ha sido interpretada por el Orfeón Donostiarra en más de 100 ocasiones, lo que la convierte en un clásico de su repertorio. Además de en España el Orfeón ha representado esta obra universal de Carl Orff en Suiza, Alemania, Reino Unido, USA, Austria, Francia y Andorra bajo la dirección de Rafael Frübeck, Odon Alonso, Max Bragado, Jesús López Cobos, Michel Plasson, Víctor Pablo Pérez, Hugh Wolff, Jun Märkl y Sainz Alfaro entre otros.
El origen
Fue Fortuna, diosa del azar, la que hizo llegar a manos de Carl Orff el catálogo de un anticuario de Würzburg dentro del cual se encontraba Carmina Burana y en su primera página la representación de Fortuna con su rueda. Debajo estaba escrito «O Forturna / Velut luna / Statu variabilis». Era el Jueves Santo de 1934 y Carl Orff comenzó inmediatamente la composición.
Carmina Burana tomó su nombre del lugar donde fue descubiertas, la Abadía benedictina de Benediktbeurn en el corazón de los Alpes Bávaros en 1803 y reunía unas 200 canciones de los siglos XII y XIII escritas en latín, francés y alemán antiguos. Eran canciones dionisiacas, himnos a la naturaleza y al amor y también sátiras irónicas y acerbas sobre la degradación de las costumbres y los abusos del Estado, de estudiantes y eclesiásticos ambulantes bebedores, parodias y poemas escritos para cantar al unísono.
Carl Orff clasificó la obra en tres categorías: Primo Vere, himno a la primavera; In taberna, canciones de bebedores, y Cour D’Amours, canciones de amor un tanto escabrosas.
El prólogo es uno de los episodios más celebres de Carmina Burana que reaparecerá como conclusión al final de la tercera parte «O Fortuna / como la luna / cambiante / creciente / y decreciente/».
Compuesta para soprano, tenor, barítono, coro y coro de muchachos se representa en este caso acompañada de dos pianos e instrumentos de percusión y se inscribe perfectamente en el ideal de la «música elemental» del Carl Orff una música nacida de la fuerza violenta del ritmo y las repeticiones de texto.
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