Retina Euskadi Begisare realizará con motivo del Día Mundial de la Visión una amplia campaña cuyo objetivo es visibilizar a las personas que tienen baja visión y mejorar así la comprensión social hacia quienes tienen esta discapacidad. La iniciativa servirá también para mostrar las ventajas de utilizar el distintivo TENGO BAJA VISIÓN a quienes puedan necesitarlo.
Retina Euskadi Begisare agrupa a las asociaciones Retina Bizkaia Begisare, Retina Araba Begisare y Retina Gipuzkoa Begisare. Reúnen a la mayoría de personas con distrofias hereditarias de retina, que es la primera causa genética de grave pérdida de visión y ceguera en el mundo.
Se considera que una persona tiene baja visión cuando ve menos del 30%. Sus síntomas se presentan en forma de visión borrosa, pérdida de la visión central, de la visión periférica o de una parte del campo visual. La degeneración macular, el glaucoma, la miopía magna, la retinopatía diabética, la aniridia, la retinosis pigmentaria y otras distrofias hereditarias de la retina o la neuropatía óptica de Leber son algunas de las enfermedades que la causan y que no tienen cura. En España más de un millón de personas tienen esta condición.
La baja visión no mejora utilizando la corrección óptica adecuada ni con tratamiento farmacológico o cirugía. La reducción de la visión dificulta o incapacita para la realización de tareas de la vida cotidiana.
Sin embargo, la mayoría de la población desconoce la existencia de personas con baja visión porque pasa inadvertida. «Este desconocimiento nos causa una gran incomprensión, sobre todo si, como ocurre a menudo, la persona con baja visión tiene unos ojos y mirada aparentemente sanos. A pesar de que podemos desempeñar algunas tareas cotidianas de forma autónoma, necesitamos ayuda o elementos de apoyo para realizar otras».
El distintivo TENGO BAJA VISIÓN ayuda a que las personas con esta discapacidad a ser reconocidas como tales evitando así interpretaciones erróneas cuando se comportan de manera extraña debido a su visión reducida. Esta condición visual conlleva, por ejemplo, no saludar a una persona conocida, no apartarse, caminar muy despacio, tropezarse, chocarse con un banco, una farola o un niño, no encontrar puertas de acceso o de salida, o preguntar por algo que es muy obvio para el resto.
Asociaciones de personas con discapacidad visual y profesionales de la oftalmología, la óptica o la rehabilitación visual han sido claves en su difusión. «Queremos conseguir que toda la sociedad conozca el distintivo porque es la forma de sentirnos incluidos, de dejar de tener miedo a salir a la calle por el temor que nos produce el rechazo. Quienes lo llevamos nos sentimos personas más comprendidas en situaciones en las que antes la gente se enfadaba con nosotros o surgían malentendidos».
La campaña contará con la colaboración de Julian Lantzi. El presentador, muy sensibilizado con la discapacidad visual, protagoniza el vídeo de difusión de la campaña.
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