El Orfeón Donostiarra y la Orquesta Nacional del Capitolio de Toulouse se han vuelto a unir esta noche para ponerle música a la despedida de la Capitalidad Europea de la Cultura. Un auditorio del Kursaal sin butacas libres ha albergado una obra maravillosa, ‘Un réquiem alemán’ de Johannes Brahms, el conocido como réquiem ateo por las escasas menciones a Dios. Todo ello con un público entregado que aguardaba la cita con expectación desde que ésta fue anunciada. No es la primera vez que Orfeón y Orquesta de Toulousse comparten escenario y de hecho también han compartido grabación.
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