“Desde el 2008 San Sebastián han cerrado más de 1.300 comercios en Donostia y esto no puede ser”, ha denunciado el candidato del PP al Ayuntamiento de San Sebastián, Borja Corominas.
Corominas está convencido de que “hay que poner en valor el pequeño comercio, el comercio de barrio frente a las políticas impulsadas por el gobierno municipal que apuestan por los grandes centros comerciales”. Una situación que a su juicio “está perjudicando al comercio de la ciudad porque se está expulsando al potencial cliente”. “Además, ha asegurado Corominas, los comerciantes donostiarras se sienten abandonados por el gobierno municipal”.
El candidato popular ha relatado que tras el confinamiento del COVID se propuso visitar, «uno por uno, al mayor número posible de comerciantes donostiarras. Quería saber de primera mano qué les preocupaba y, sobre todo, saber qué podíamos hacer desde el Ayuntamiento para echar una mano”. Hasta la fecha Corominas ha visitado más de 1.200 comercios de todos los barrios de San Sebastián “lo que me ha permitido conocer de primera mano sus preocupaciones y conocer mejor el sector”.
«Los comerciantes comparten muchos problemas, y la solución a algunos de ellos está en manos del Ayuntamiento de San Sebastián”.
“El problema común a todos ellos es que se sienten abandonados por los gobernantes. De hecho se han sorprendido con mis visitas e incluso me han dicho que en los años que sus negocios estaban abiertos no habían recibido la visita de algún concejal”.
Otro gran problema ha señalado Corominas es que “la mayoría de comerciantes sienten que las políticas públicas municipales en favor de grandes centros comerciales les perjudican ya que expulsan a los clientes de los barrios. Y estas políticas junto a la política de movilidad catastrófica impuesta en los últimos años por el PNV se percibe también como un gran problema y el origen de muchos de los pequeños comercios”.
Para Corominas hay un problema muy serio con “la creciente carga burocrática e impositiva a la que tienen que hacer frente los comerciantes ya que ahoga las esperanzas de muchos de ellos. Un comerciante donostiarra paga más impuestos que cualquier otro
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