El cantante Bono ha entregado el Premio Donostia a Penélope Cruz en una sorpresa con mayúsculas, ya que el irlandés ha venido a Donostia exclusivamente para ello y no se había filtrado la noticia. Ha sido una gala muy emocionante por el bonito vídeo dedicado a la actriz por parte del Festival, por los interminables aplausos, por el cariño de Bono y por las palabras de la propia Cruz, que ha protagonizado una noche mágica y se ha convertido en la intérprete más joven en recibir el galardón.
«Mis sueños eran ser madre y dedicarme a la interpretación», ha dicho. «Mi respeto y amor por el oficio no dejan de crecer. Siento que algunos de mis sueños más importantes se han cumplido y cada día me levanto con un agradecimiento infinito».
La actriz ha dedicado el premio a sus padres por la libertad que le dieron «cuando no debió de ser fácil», a Pedro Almodóvar, Bigas Lunas y Fernando Trueba, así como a todos los directores que han confiado en ella; a sus dos hijos y a su marido.
Sobre Javier Bardem, que estaba en la gala y también irradiaba felicidad, ha reconocido que también estaba en sus sueños.
La actriz ha terminado con un recuerdo a las víctimas de la violencia de género con el auditorio del Kursaal aplaudiendo sin parar y con Bono a sus pies.
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