Gaztelueta. Bailando bajo el embrujo de la luna llena
Partimos del parking de Albi, ubicado en los preciosos rasos homónimos, que se acurrucan al calor de los hayedos de la vertiente navarra de la magnética sierra de Aralar
Bloguero de naturaleza y cultura vasca
Partimos del parking de Albi, ubicado en los preciosos rasos homónimos, que se acurrucan al calor de los hayedos de la vertiente navarra de la magnética sierra de Aralar
La ruta es un corto paseo entre bosques y paredes, en el cual n ose salva un importante desnivel, en suma, un paseo para disfrutar
Este rincón se esconde al abrigo de las grandes cimas calizas de la sierra de Aralar, guardando celosamente viejas creencias y leyendas vinculadas a las aguas
Las viejas botas del caminante se internaron en la hojarasca, fundiéndose con el robledal, cada paso era un regalo
Muchos de estos rituales estaban destinados a la protección de los animales, alejar malos espíritus y alimañas, también a momentos de unión entre la comunidad y con los pueblos vecinos
Comenzamos nuestro caminar en el barrio de Gurutze, de Oiartzun, donde aparcamos nuestro vehículo, junto a una rotonda
En el bello pueblecito de Arano, es la única localidad navarra, junto con la torre de la iglesia de Zugarramurdi, desde la que se ve el mar Cantábrico, esa hechicera porción de Océano Atlántico. Es el punto de partida para comenzar el pausado caminar, en el que descubriremos uno de los parajes más bellos de nuestras montañas
Es curioso, como en pleno siglo XXI, miles años después, seguimos utilizando las mismas veredas que aquellos hombres y mujeres utilizaban
También conocida como Sagastarri, Sarastarri o Sahastarri, eleva sus 995 metros de altitud en la zona occidental de la sierra de Aralar
Su propio nombre ya nos habla de su peculiaridad, cercana a lo sagrado, Arimegorta, se podría traducir como “sel de las ánimas”