«El terrible crecimiento de la epidemia de cáncer y de las personas afectadas por el amianto lleva a exigir a los Gobiernos la creación inmediata del Fondo de Compensación evitando situaciones complicadas para la viabilidad de las empresas. Y e hora de que las empresas, mutuas e instituciones pidan perdón por el daño causado», manifiesta Asviamie, la asociación de afectados por el amianto, cada vez que tiene oportunidad. En 2018 murió una treintena de personas en Euskadi a causa del amianto y las concentraciones de la asociación, que gana visibilidad día tras día, se repiten con frecuencia. Mañana habrá una protesta más en Donostia con dos casos que se dirimen en los juzgados, precisamente.
Pese a esta presencia cada vez mayor en los medios hace meses expresaba Jesús Uzkudun, de la asociación, a DonostiTik.com, que «sigue habiendo desconocimiento sobre el tema». «Ayer mismo estuve con un pensionista que no sabía que la enfermedad profesional no prescribe y hace poco me decía otro que él no había trabajado nunca con amianto, que siempre había trabajado en astilleros. Sin embargo en los astilleros trabajan con uralita, que tiene un 20% de amianto, y cortarla es un riesgo», explicó Uzkudun. Convencido de que las muertes irán a más durante los próximos años. Y el tiempo ya le está dando la razón. Mientras, las empresas se enfrentan a pagos tremendos y cada caso ganado por familias destrozadas es una gesta
El caballo de batalla de la entidad, el fondo de compensación, está en tramitación todavía. Y los casos siguen llegando.
Mañana la asociación se concentrará en los juzgados por Jesús H.C., víctima de mesotelioma, que permaneció expuesto a amianto durante el periodo que trabajo para la empresa CAF como pintor. «El uso del amianto en la empresa CAF es un hecho incuestionable y en ese sentido existen condenas contra la empresa por parte de los Juzgados de lo Social de Donostia por el uso incontrolado de amianto a consecuencia del cual han fallecido por mesotelioma trabajadores, incluidos los que estaban en puestos de montaje.
«Esta exposición a amianto se produjo sin que por parte de las empresas se adoptasen las exigibles medidas de protección frente al riesgo de exposición al amianto motivo por el cual desarrolló la grave enfermedad a causa de la cual falleció», afirma Asviamie.
El otro caso es el de Fernando C.A, al que en diciembre de 2016 le diagnosticaron en el Hospital Donostia un adenocarcinoma pulmonar y falleció tres meses después. “Realizaba recubrimientos de poliéster en las bodegas de los barcos, concretamente en las cámaras frigoríficas y mientras realizaba esta tarea otros operarios se encontraban realizando ajustes de corte y colocando aislamiento de amianto, así como la madera que lo recubría. Esta labor la realizaba sin ninguna protección respiratoria y la ventilación del ambiente consistía en el aporte de aíre del exterior por medio de un ventilador y un conducto de impulsión”, informa Asviamie.
Según J.L., compañero de trabajo de Fernando en Plásticos Tolosa, ambos acudieron a la fabrica Volkswagen a colocar chimeneas de poliéster y para ello debían cortar el conducto de uralita existente.
No son casos extraños. Día a día la asociación recibe a más afectados.
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