El sector de la construcción fue uno de los más afectados durante la crisis de la pasada década. En España, además, la recesión económica se unió al desmoronamiento del sistema idealizado que se había creado en torno a la burbuja inmobiliaria, por lo que el resentimiento fue aún mayor que en el resto de los países. Todos los proyectos inmobiliarios que se habían propuesto fueron al traste de un momento a otro, generando además una oleada de despidos que desembocó en un aumento sin precedentes de los índices de paro. La bonanza española se esfumó casi de un plumazo.
Por suerte, aquella etapa oscura de la construcción quedó atrás y desde el año 2017 aproximadamente hemos asistido a un resurgimiento constante del sector. Sólo durante 2020 y como consecuencia de la inactividad provocada por la pandemia de Coronavirus las empresas de construcción sufrieron un descenso, que pudo reactivarse con la vuelta a la normalidad dando los frutos esperados de cada inversión. De hecho, el periodo posterior al Covid ha supuesto una bonanza económica inimaginable para todas las empresas relacionadas con la actividad inmobiliaria: proveedores, vendedores, constructores, trabajadores, compradores, promotores… Todos han aumentado sus ganancias y han podido recuperar las pérdidas anteriores.
¿Cómo ha sido 2022 para el sector?
De estos cinco últimos años, el 2022 ha sido, sin lugar a dudas, el más próspero para la construcción en todos los sentidos, cristalizando el aumento del 54 % que ha experimentado durante este singular periodo de crecimiento. De hecho, las organizaciones responsables de analizar los datos que arroja la construcción se atreven a decir que hemos asistido y asistimos a una segunda edad de oro, donde la vivienda se alza como la estrella con un total edificado que supera las 5.000 viviendas de nueva construcción.
Sólo durante los primeros meses de 2022 España superó los más de 30.000 proyectos en estado de ejecución, acompañado de un presupuesto destinado de 52.591 millones de euros, un 215 % más que en el mismo periodo del año anterior. De hecho, el papel de la construcción en la economía nacional se ha convertido en uno de los esenciales de la actualidad. Se espera que al finalizar el año la construcción haya duplicado sus ganancias con respecto al beneficio medio frecuente que ofrece de manera regular.
Por desgracia, la tensión económica internacional se ha expandido en los últimos meses podría alterar el buen estado de salud de que goza el sector en estos momentos. Los más pesimistas temen una vuelta atrás y una recaída, por lo que se hace un llamamiento a la precaución en las inversiones.
La influencia del Euribor
Uno de los problemas principales a los que se enfrenta la construcción es la subida del Euribor marcado por el Banco Central Europeo. Como la mayoría conoce, el Euribor es el punto de referencia en el que las entidades bancarias se miran para establecer unos intereses u otros en productos como los créditos, los préstamos y las hipotecas. Durante los últimos cinco años las condiciones de concesión de las hipotecas han sido bastante favorables para los usuarios, ofreciendo unos intereses muy asequibles tanto en los tipos modelos fijos como en los variables. Gracias a este hecho los consumidores han podido afrontar la compra de viviendas de nueva construcción, lo que ha sido fundamental en el auge de la construcción.
Sin embargo, el incremento del Euribor ha repercutido directamente en un incremento de los intereses en las hipotecas, lo que ha desembocado en un receso económico a causa de la falta de liquidez de los usuarios para afrontar unas cuotas que supondrán 2.000 € promedio más anuales con respecto al año pasado. Por supuesto, la compra de viviendas se ha frenado y algunos de los proyectos pensados siguen por el momento sobre los planos.
El auge de la reforma
A pesar de las circunstancias adversas que parece que la construcción deberá afrontar durante los próximos meses, aún queda un resquicio con el que podrán mantenerse a flote algunas de las empresas más afectadas. Aunque los ahorros sin hipoteca no alcanzan para una vivienda de nueva construcción, sí son suficientes para las reformas, que según hemos podido saber a través de Reiteman Madrid, son cada vez más solicitadas y actuarán como flotador de la construcción.
El precio medio de la reforma actualmente es de 150 € cada metro cuadrado, que puede oscilar hacia arriba o hacia abajo en función de la calidad de los materiales, que también han sufrido un incremento en el precio encareciendo el coste de compra de las viviendas. Por otro lado, las empresas de construcción han desarrollado políticas de financiación que ayuden a sus clientes a ejecutar las reformas, asegurando así la continuidad de la actividad. Hasta cuándo durará esta situación, lo sabremos durante los próximos meses.
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