Patrimonio

Ascensores de la Belle Époque en Donostia, en peligro de extinción

Estos tesoros del patrimonio se enfrentan hoy a un riesgo real de desaparición debido a la falta de protección específica y a recientes cambios normativos, advierte Áncora

Pena y Goni 1 Penaflorida 10 scaled Ascensores de la Belle Époque en Donostia, en peligro de extinción
Peña y Goñi1, Peñaflorida 10. Foto: Áncora

San Sebastián conserva auténticas joyas del patrimonio industrial dentro de sus edificios: ascensores centenarios con cabinas de caoba, ornamentación modernista o art déco y una elegancia inseparable de la historia arquitectónica del siglo XX. Sin embargo, estos elementos singulares se enfrentan hoy a un riesgo real de desaparición debido a la falta de protección específica y a recientes cambios normativos, según denuncia Áncora.

San Martin 50 Avda. Libertad 20 Ascensores de la Belle Époque en Donostia, en peligro de extinción

La asociación patrimonialista asegura que la preocupación ha aumentado tras la entrada en vigor del Real Decreto 355/2024, que aprueba la Instrucción Técnica Complementaria sobre ascensores. Esta normativa refuerza los requisitos de seguridad y debe aplicarse en las inspecciones periódicas obligatorias. «El impacto recae en los ascensores más antiguos, que requieren intervenciones complejas y, en muchos casos, costosas inversiones», dice Áncora.

En este contexto y siempre según la asociación las empresas mantenedoras proponen soluciones estandarizadas por defecto, y algunos vecinos del Área Romántica expresan su malestar ante la posible pérdida de cabinas y componentes originales, con un daño irreversible al valor cultural de sus ascensores.

En 1988 San Sebastián contaba con más de 400 elevadores históricos en servicio, pero la reglamentación que entró en vigor ese año supuso la eliminación del 90%.

El problema de fondo es la falta de reconocimiento de unos artefactos vistos sólo desde su función práctica, pese a ser verdaderas obras de arte fabricadas con herrajes y maderas nobles, cristales grabados y asientos integrados, con el mismo esmero estético que los portales donde se ubican. La principal dificultad es la ausencia de catalogación urbanística: el PEPPUC se limita con carácter general a proteger la imagen arquitectónica exterior y no existe ningún estudio sobre los ejemplares que aún subsisten.

Consciente de esta carencia, Áncora elabora un Inventario Municipal de Ascensores para contribuir a su conservación y futura puesta en valor. Se tiene en cuenta la integración en el inmueble, el interés artístico o tecnológico, el grado de autenticidad o su valor tipológico. El primer ascensor donostiarra fue el del Hotel Continental, instalado en 1884 por Félix Sivilla, a quien se atribuye su introducción en España. Su uso se extendió pronto a edificios públicos, casinos y viviendas de lujo como las de Paseo de Salamanca 7 o Prim 10.

Advierte Áncora de que en su día representaron un avance comparable a la calefacción, los cuartos de baño o el alumbrado eléctrico.

En los años 20 los ascensores hidráulicos fueron sustituidos por modelos eléctricos y su presencia creció con el desarrollo de los ensanches, contribuyendo a revalorizar los pisos altos. En Gros sobreviven los de Peña y Goñi 1 y 2, instalados por los arquitectos Urcola y Alday, que siguen suscitando admiración.

Se está constituyendo una plataforma ciudadana que reclama su preservación como parte de la identidad arquitectónica y cultural de San Sebastián. En ciudades como Madrid ya están protegidos, Barcelona estudia su catalogación, y Bruselas adaptó su legislación para compatibilizar conservación y seguridad, otorgando ayudas públicas a las comunidades. «Donostia no puede quedarse atrás», anima Áncora. «Instituciones, empresas y vecinos deben implicarse en la defensa de este patrimonio único«.


2 respuestas a «Ascensores de la Belle Époque en Donostia, en peligro de extinción»

  1. Ra

    La ignorancia y el desprecio del ayuntamiento hacia nuestro patrimonio es de tal magnitud que no podemos esperar la protección de estas joyas.

  2. piruleto

    Es muy curioso el tema de los edificios.
    Por un lado queremos proteger los que son bonitos y para ello, nos creamos unas normas especiales para ello.
    Al resto de edificio «feos» los inflamos con leyes absurdas y les obligamos a acometer un millón de obras innecesarias y super costosas.

    En resumen, los que viven en los bonitos: «los ricos», no se les obliga a casi nada y los que viven en los feos: «los pobres», los ahogamos con obras super costosas.

    La gente cuando entenderá que las leyes siempre siempre siempre, benefician a los más ricos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Kutxa Fundazioa