Nada ha frenado los ocho días de huelga que comienzan hoy en la enseñanza concertada. Una medida de fuerza que afectará a cerca de 120.000 alumnos de 215 centros concertados y a 9.000 maestros y que está convocada por ELA, STEILAS, CCOO, LAB y UGT, enfrentados a las patronales Kristau Eskola y AICE.
Una manifestación ilustrará hoy en Bilbao la situación de conflicto entre ambas partes. Un conflicto que ni el anuncio de ayer del consejero Josu Erkoreka («el Gobierno Vasco estudia la posibilidad de incluir una mejora de los conciertos educativos en el Proyecto de Ley que se aprobará el martes 29 de enero») ha logrado suavizar. Aunque el anuncio ha sido entendido como una promesa de tiempos de bonanza para la concertada, que en cuestión de cifras cuenta prácticamente con la mitad de los alumnos de Euskadi.
En el caso de Gipuzkoa los centros han hecho gala de su autonomía con votaciones previas en centros como el Colegio Alemán San Alberto Magno, donde el paro no va a llevarse a cabo, o en San Ignacio, donde durará tres días.
El pasado lunes la consejera de Educación Cristina Uriarte destacaba que «no se puede permitir que los alumnos puedan perder el curso y generar la situación que se está generando dentro de todas las familias”.
Mientras, desde los sindicatos recuerdan que el convenio lleva diez años sin renovarse, que han perdido poder adquisitivo (un 12% desde 2009) y exigen equiparar salarialmente al profesorado de la ESO. También buscan mejorar las condiciones para los trabajadores en situación más precaria (en la franja infantil de 0-3 años y los especialistas de apoyo educativo) y un acuerdo para recolocar al personal afectado por el previsible cierre de aulas motivado por el descenso de la natalidad.
En este ambiente ayer se anunció que habrá más servicios mínimos de los previstos inicialmente. Está previsto un docente para cada etapa educativa y uno más en el caso de Infantil y Primaria si hay más de 100 alumnos.
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