(EFE). San Sebastián fue durante años una de las plazas inexcusables del circuito de los grandes conciertos en España y ahora es la única capital vasca que carece de un recinto adecuado. El director e impulsor de la promotora Get In, Iñigo Argomaniz, asegura que en esto Donostia «lleva ya quince o veinte años de retraso».
Y lo peor, según destaca Argomaniz en una entrevista con EFE, es que «no hay una solución a corto plazo», pues no existe ningún plan en la ciudad para solventar el problema, que impide programar conciertos en espacios que puedan acoger a 10.000 o 15.000 personas, cuando Bilbao cuenta con dos, «uno para 8.000 y otro para 16.000», y Vitoria «con el Fernando Buesa Arena para 14.000», a los que añade Pamplona, con el Navarra Arena para más de 11.500 espectadores.
Irun e Illunbe
Sobre la mesa hay dos propuestas, la de un edificio de usos múltiples en el recinto ferial de Ficoba en Irun y la de Illunbe en la capital guipuzcoana, que apoyan el PNV y el PSE.
La más reciente es la oferta electoral lanzada por la candidata socialista a la Alcaldía de San Sebastián, Marisol Garmendia, para vender Anoeta a la Real Sociedad y financiar, con el importe de la operación, la renovación del área deportiva que rodea el estadio y el acondicionamiento de Illunbe como pabellón multiusos.
«Yo preferiría tener cuantos más locales mejor porque sería más fácil cubrir la necesidad de artistas. Que en Irun haya un pabellón, muy bien, pero San Sebastián también necesita otro importante», señala este donostiarra, que recuerda que su ciudad fue «una adelantada» de los espacios para la música en directo en los años 70 y primeros 80.
Eran lugares como el velódromo de Anoeta, por el que han pasado grupos y músicos como Deep Purple, Iron Maiden, Metallica, Neil Young, R.E.M., Pet Shop Boys, Pearl Jam y Bryan Adams, pero cuyo aforo ha quedado reducido a 5.800 personas.
Son algunos nombres de «un histórico increíble» de una ciudad que también recibió, en el estadio de la Real Sociedad, a bandas como la de Bruce Springsteen, Pink Floyd, U2 y Depeche Mode, entre otras.
Cree que «un Illunbe preparado para espectáculos estaría muy bien», pero advierte de que el acondicionamiento no debería pasar únicamente por la actual plaza de toros, sino «por toda la zona».
«No sólo es un problema del coso, sino de todo el área, de aparcamientos, accesos, toda la parte externa hay que mejorarla. Cuando hace frío, hace muchísimo frío. Necesita un plan como se ha hecho en el estadio. El ejemplo de Anoeta sería válido para Illunbe», comenta.
El campo «txuriurdin» siempre ha funcionado. «Hemos convivido muy bien con la Real, con un comportamiento siempre increíble, con Jokin (Aperribay) siempre ayudando en todo lo que ha podido para que se realizaran espectáculos», destaca, aunque apunta que en el estadio se han organizado una docena de conciertos en 25 o 30 años y lo que se necesita es un pabellón.
El problema es de la ciudad, pues su empresa se mueve por el resto de España, Europa y América. En 2021 celebró sus tres décadas y está en unas cifras ahora superiores a los años previos a la pandemia, un 30 % por encima, aproximadamente.
Más trabajo que nunca
«Estamos trabajando desde el año pasado como nunca. Está siendo de los mejores años de los 32 de Get In. Al haber estado parados en 2020, 2021 y parte del 22, había muchas ganas de salir, de ver conciertos, de comulgar juntos, de socializar, de echarse a la calle a cantar y de ver grupos», remarca.
Dice que «la era digital y del ´streaming'» ha mermado los ingresos de la «música física», la de los discos, y esa es otras de las razones «de que haya tantos artistas en la carretera».
Un «gran debate» también muy actual es el de los precios de las entradas, que se han incrementado debido al aumento de la inflación y los gastos «que están teniendo las producciones y los equipos».
«Pero cuando a determinados artistas los llevas a lugares pequeños no hay otra fórmula que tener unas entradas caras», afirma Argomaniz, que pone como ejemplo los dos conciertos de Bob Dylan de este verano en el Kursaal de San Sebastián, con tiques de 75 euros pero también de 205, un récord solo igualado por Julio Iglesias en 2012 y lejos del nada barato concierto de Tom Waits a 130 euros en 2008.
Argomaniz suma 42 años en el mundo de la música, ha llegado hasta aquí a base de «sentido común, mucho trabajo y mucha pasión». «Y también con un poco de acertar porque, al haber tanto riesgo, es fundamental para tener unas cosas que funcionan», apostilla.
El público americano
Get In, como representante de artistas, lleva las carreras de 35 músicos y grupos, entre ellos José Mercé, Mikel Erentxun, Iván Ferreiro, Pablo Alborán, Ariel Roth, La Oreja de Van Gogh, Amaia Montero, Bebe, Maika Makovski y Fran Perea.
Desde 2021 han sumado casi una decena de nombres nuevos, en algún caso «coparticipando» con otros managers, aunque en 2015 ya comenzó a «rejuvenecerse» el plantel con músicos como Leo Rizzi, Alvaro de Luna, Nil Moliner, Marlon, Paul Alone, Marta Soto y Veintiuno.
Trabajan «muy bien» y desde hace 25 años en América, donde organizan más de 200 conciertos anuales -en Europa hacen entre 20 y 25-, en países como Estados Unidos, México, Chile, Argentina y Uruguay.
«Además la respuesta del público en América, cuando lo cuidas y no le abandonas, es para siempre. Una vez que triunfas en América, no te dejan nunca», subraya.
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