Un equipo de arqueólogos de la sociedad de ciencias Aranzadi ha desarrollado durante este verano una campaña de investigaciones arqueológicas en busca de trincheras del sistema de defensa Saseta. Sistema que se creó en 1936 para la defensa de Gipuzkoa contra la sublevación militar. Se trata de un proyecto promovido por los ayuntamientos de Aduna, Asteasu, Larraul y Zizurkil y cuenta con la colaboración de la dirección de derechos humanos de la Diputación Foral de Gipuzkoa.
Durante los últimos años el programa de investigación sobre lugares de memoria histórica lo han realizado jóvenes voluntarios que, por un lado, han participado en las labores de excavación, y por otro,han recibido formación en memoria histórica y derechos humanos.
Este año, debido a la crisis sanitaria, el grupo de investigación se ha reducido únicamente a los técnicos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
En la campaña actual se ha procedido a un examen sistemático de todo el territorio entre la Sierra de Ernio hasta la localidad de Andoain. De esta manera se han documentado numerosos puntos potenciales de contener restos relacionados con enfrentamientos bélicos y relacionados también con las defensas: trincheras, nidos de ametralladora…
Durante este mes de agosto se han realizado sondeos y se han documentado varias trincheras que contienen abundantes restos bélicos como balas, cientos de casquillos, peines de balas e incluso hasta fragmentos de Obus. Las intervenciones permiten revelar materialmente lo vivido y sufrido por los protagonistas de la Guerra Civil.
La abundancia de elementos de fusilería encontrada revela el armamento de los dos bandos y sus dificultades de abastecimiento en municiones, mientras en las trincheras aparecen indicios que revelan la vida cotidiana, como latas o elementos de ropa.
El lugar donde se realiza esta campaña se conoció como el sistema de defensa o punto de resistencia Saseta durante agosto y septiembre de 1936, ya que fue en esta zona de Aduna, Asteasu, y Zizurkil donde los milicianos vascos se enfrentaron a las tropas franquistas tras la caída de Tolosa el 11 de agosto de 1936.
Aunque la memoria histórica del lugar se ha borrado, hubo un gran enfrentamiento que causó alrededor de cien víctimas documentadas hasta ahora. Gracias a la resistencia realizada este sector pudo hacer frente a los militares sublevados impidiendo su avance y posibilitando la creación del Eusko Gudarostea, ejército vasco.
La labor arqueológica de Aranzadi es clara: documentar todos estos puntos para no perder información histórica y finalmente reivindicar estas zonas como lugares de la memoria histórica gipuzkoana.
Deja un comentario