Desde los 18 años a los 37. Cada cual con su trabajo, con sus vidas y con un punto en común: la pasión por el basket que, hasta ahora, en seis de los casos, desarrollaban exclusivamente desde su puesto de anotadoras para la Federación Gipuzkoana de Basket los fines de semana. Ahora quieren más: quieren tener su propio equipo de baloncesto y competir dentro de la categoría que les corresponde: senior de segunda. Tienen un club que las apoya, han conseguido un patrocinador principal y entrenador. Pero aún falta arreglar unos detalles y mayor apoyo económico: «No es sólo pagar la Kirol Txartela, hay que pagar al árbitro, nos gustaría pagar al entrenador… Buscamos empresas que quieran colaborar, pero no es fácil».
Oiane García es uno de los casos de estas chicas con el baloncesto en la sangre. Estudió en Ekintza, donde comenzó a jugar al baloncesto, y desde ahí, como en otros casos, saltó al Atlético San Sebastián, donde jugó varios años. Posteriormente pasó por otros clubes, pero es en el Atlético donde desarrolló su afición con más ahínco.
«Me metí de anotadora porque me gusta el basket, desde luego, pero también porque después de terminar la carrera conseguí un trabajo que no me cubría todos los gastos. Me había comprado un piso y se me ocurrió. Es una tarea que lleva muy tiempo, te quita muchos ratos de ocio. Pero está pagada y como decía me gusta el baloncesto». Es el mismo caso de otras chicas, algunas de las cuales ya habían coincidido con ella en su etapa de jugadoras.
«Un buen día a una de nosotras se le ocurrió que le gustaría crear un equipo, nos lo dijo y nos sumamos unas cuantas», contó Oiane.
La buena noticia es que Xabi Lonbide, que ha entrenado a varios equipos, se animó a ponerse al frente del proyecto. Además la empresa de Zestoa Km0 Baserria entró como patrocinadora principal. Y si al final consiguen competir se llamarán Luberri Km0 Baserria porque es Luberri el club del que forman parte.
Pero las obligaciones como anotadoras se cruzan en este punto. Las competiciones se desarrollan los fines de semana, no hay posibilidad de jugar entre semana. Los 16 equipos que forman parte de la categoría, además, no juegan por la mañana. «A estas alturas valoramos la opción de renunciar a parte del trabajo como anotadoras», comentó Oiane, y es que han llegado muy lejos en su afán por volver a vestirse una camiseta y competir de forma formal.
La ilusión, en fin, es que lo que las guía. «El baloncesto es como una droga», asegura Oiane. Y desde la mesa, tomando nota de los incidentes del partido, no es lo mismo. Está claro.
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