Aitor Ventureira San Miguel (Tolosa, 1973) e Imanol Bueno Bernaola (Portugalete, 1965) tienen dos temas sobre los que pueden hablar horas, leerlo todo y que además ocupan prácticamente todo su tiempo libre. Por ello el nacimiento de ‘Rutas mitológicas vascas’ ha sido tan natural (aunque la pandemia ha complicado las cosas). Ambos caminantes, enamorados de las leyendas de los montes de Euskal Herria, presentaron este sábado en la Feria de Durango su libro, editado por Txalaparta, que llega elaborado con enorme cariño y tras muchas horas de paseo por los bosques.
¿Cuándo empezaron a trabajar en el libro?
A.V. Llevábamos mucho tiempo dándole vueltas a la idea de hacer nuevamente algo sobre mitología tras la publicación de nuestro primer libro «Araba, mitos, leyendas y tradiciones». Comenzamos hace 3 años y con la pandemia por medio el proyecto se alargó más de lo previsto.
I.B. Sí. Ya en 2018 perfilamos la estructura, hicimos acopio de documentación y realizamos las primeras fotografías.
¿Qué es lo que les motivó a meterse en este trabajo y qué buscaban?
A.V. Unimos dos pasiones: la montaña y la mitología. Pretendemos ofrecer a la gente la posibilidad de tocar la mitología, de sentirla, de olerla, de vivirla en primera persona. Y además pretendemos disfrutar con lo que hacemos.
I.B. Eso es. Aspiramos a poner en valor la riqueza de un patrimonio inmaterial que es nuestra mitología.
Es un tema muy atractivo. ¿Quizá todavía un tanto desconocido?
A.V. Ocurre que la mitología está enfocada a un público infantil, cosa que nos parece fantástica, o a un público muy academicista. Hay magníficos trabajos de eruditos y mil cómics para niños. Sí es cierto que hay guías de rutas mitológicas, pero ninguna donde se una todo en profundidad.
I.B. Hay un conocimiento muy general sobre los personajes capitales, pero otros aspectos quedan relegados y es necesario darlos a conocer porque su importancia es grande. Todos forman parte de un mismo sistema de creencias, de un mismo “panteón”.
¿Cuáles han sido sus fuentes de información?
A.V. Principalmente autores de referencia como Barandiarán, Dueso, Satrustegi, Peña Santiago, Ignacio Abella. Y sobre todo caminar, caminar mucho por las montañas es el mejor aprendizaje de nuestra mitología.
A lo largo de su investigación, ¿han encontrado mitos, historias o tradiciones que no conocían?
I.B. Eran todas bastante conocidas, aunque al profundizar en las historias siempre se desentrañan nuevos matices.
¿Qué es lo que más les ha sorprendido?
A.V. El hecho de que, por muchas veces que haya visitado un paraje mítico, siempre que vuelvo hay algo nuevo que me sorprende y me cautiva.
I.B. También que, a pesar de que vivimos en una era tecnológica, el peso de las creencias paganas y otras manifestaciones animistas perviven.
¿Qué zonas de Euskal Herria son más ricas en historias?
A.V. Posiblemente el entorno de las grandes sierras montañosas. Aralar es un filón, Urkiola, Gorbea… De las montañas surgió nuestra mitología y nuestra cultura.
I.B. Tal vez, también, donde el euskera se ha mantenido más vivo y en comarcas con menor empuje demográfico. Allí los mitos han subsistido de forma natural.
¿Cuál es su ruta favorita?, ¿y su mito favorito?
A.V. Para mí hay dos rutas que son muy especiales por su vínculo con mis hijos Irati y Eneko: Urreako Haitzak y Sastarri. Mi mito favorito de este tomo es el de los forzudos y constructores, pero el gran señor del bosque, Basajaun, es es el que más llega.
I.B. Para mí la de nuestro primer 2.000 metros, la del Orhi. Yo soy un apasionado de los megalitos, así es que, con permiso del resto de nuestros númenes, me voy a quedar con la forzuda Mairi.
¿Cómo han vivido la experiencia de la Feria de Durango?, ¿habían estado antes?, ¿impone un poco?
A.V. La experiencia para mí ha sido maravillosa. No tenía experiencia en Durango como vendedor, llevo años acudiendo como público y se ve todo muy distinto. Quería saborearlo con calma.
I.B. Vivir la Azoka de Durango desde dentro es una experiencia preciosa. Hace un par de años también tuve la oportunidad de presentar allí mi libro, Ahaztuak-Olvidados, de fotografía documental.
¿A qué público va dirigido su nuevo libro?
A.V. En principio a los niños, pues creemos que la mitología y el amor por nuestras leyendas debe comenzar en la infancia. También a quien está habituado a caminar por la montaña y por supuesto a quien disfruta de un buen libro desde el sofá. Pese a todo es un libro manejable y animamos a sacudirse la pereza y a salir al encuentro de nuestra mitología.
I.B. No se trata de un volumen para dejar olvidado en una estantería. ‘Rutas mitológicas vascas’ es para llevarlo en la guantera de la furgoneta y para ese fin de semana que pasamos en una casa rural.
¿Ha sido difícil conseguir editor?, o es un tema que atrae y ha sido más fácil de lo previsto.
A.V./I.B. Jon Jiménez, de la editorial Txalaparta, se apasionó con el proyecto. Le queremos agradecer su trabajo.
¿Les gustaría volver a trabajar juntos?
A.V./I.B. Más que un equipo que colabora, somos amigos desde hace muchos años y nos compaginamos muy bien. De hecho tenemos proyectos en marcha como un segundo tomo de ‘Rutas mitológicas vascas’ que posiblemente vea la luz el próximo año.
Deja un comentario