(EFE). El hombre cuyo cuerpo fue hallado el pasado febrero en el monte Andatza había recibido previamente un hachazo en el cuello en una vivienda de Hernani, desde donde fue conducido atado y aún vivo al citado paraje de Usurbil en el que presuntamente le cortaron el cuello con un cúter, han informado a EFE fuentes del caso.
Dos hombres y una mujer, todos ellos con antecedentes delictivos, fueron detenidos por la Ertzaintza a finales de marzo por su presunta vinculación con este crimen, tras lo que dos de ellos, el varón y una de las chicas, fueron ingresados en prisión, mientras que la segunda mujer fue puesta en libertad provisional por estos hechos.
Según las citadas fuentes, el fallecido, de 44 años, es un antiguo recluso que había salido de prisión el pasado 20 de enero, fecha en la que planteó a su exnovia retomar la relación sentimental que previamente habían mantenido.
Tras varias negativas, cuatro o cinco días más tarde, el hombre acudió a un domicilio de Hernani en el que iba a ocupar una habitación y en el que también se encontraban tanto su exnovia como el actual compañero sentimental de la chica, además de una tercera mujer.
En la terraza de esta vivienda el perjudicado presuntamente volvió a plantear a su «ex» que retomaran la relación y que mantuvieran relaciones sexuales, algo que la chica rechazó nuevamente.
Sin embargo, su nuevo novio, que también estaba en la vivienda, habría escuchado la conversación y se presentó en la terraza armado con un hacha con la que presuntamente golpeó en el cuello a la víctima, quien sufrió una fuerte hemorragia pero no murió.
Seguidamente, según se desprende de la investigación, el atacante ató con unas bridas al agredido de pies y manos, con la ayuda de la mujer, tras lo que ambos lo llevaron en una carretilla mientras aún seguía con vida hasta el automóvil que ambos utilizaban.
A continuación presuntamente habrían amenazado a la otra mujer que estaba en la vivienda para que limpiara todos los restos de los hechos que quedaran en el lugar y se marcharon al barrio donostiarra de Zubieta donde subieron por una pista hasta un punto en el que ya no era posible avanzar más y desde el que presuntamente dejaron caer a la víctima por una colina.
Posteriormente, se acercaron al sitió donde quedó el agredido a quien el hombre presuntamente cortó el cuello con un cúter cuando aún seguía vivo.
Días más tarde el 27 de febrero un senderista localizó el cuerpo en avanzado estado de descomposición y alertó a la Ertzaintza, que determinó que el cadáver presentaba signos de una muerte violenta e inició una investigación.
La autopsia practicada al cadáver determinó, según las citadas fuentes, que la víctima se había desangrado hasta la muerte por las heridas incisas que recibió en el cuello.
Las fuentes han aclarado que, tras su arresto, el detenido confesó los hechos, así como que días más tarde del crimen se había desplazado con su novia a una zona de Zumarraga para quemar una bolsa en la que habían introducido la ropa que vestían el día de los hechos, además de otros efectos como el hacha y el cúter con la intención de borrar sus huellas.
Tras las detenciones, los distintos registros realizados por la Ertzaintza permitieron localizar evidencias como restos de sangre, unas bridas y cinta aislante, además de llevar a cabo una constatación de los movimientos por geolocalización del móvil del acusado.
Según informó en su momento el Departamento vasco de Seguridad, las investigaciones que permitieron la detención de estas tres personas, el hombre de 41 años, y las dos mujeres, de 38 y 35, en tres localidades distintas de Gipuzkoa, el fin de semana del 26 al 27 de marzo, fueron desarrolladas por el Servicio de Investigación Criminal Territorial de Gipuzkoa (SICTG).
En el curso de las pesquisas además se llevaron a cabo tres registros en distintos municipios en los que se descubrieron «evidencias de interés para la investigación» y se ocupó un vehículo, que fue trasladado a las dependencias de la Unidad de Policía Científica de la Ertzaintza.
Tras ser puestos a disposición judicial el Juzgado de Instrucción número 4 de San Sebastián, encargado del caso, ordenó el ingreso en prisión del presunto autor material de la muerte y de la mujer que lo ayudó, y decretó la libertad provisional de la chica a llevó a cabo la limpieza de la terraza en la que se iniciaron los hechos.
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