El pasado 10 de marzo se inauguró una nueva infraestructura en Oiartzun que ha sustituido a la Torre de Urdinola. En opinión de la asociación Áncora, «con esta inculta y agresiva intervención se ha perdido un elemento clave para la memoria histórica del municipio, alterando de forma grave e irreversible su imagen urbana». Cabe destacar que en su día el Gobierno vasco pidió la protección del inmueble.
Recuerda Áncora que en la época medieval la Torre de Urdinola fue una casa fuerte de mucho prestigio por su emplazamiento a la entrada del pueblo.
Urdinola-Zar poseía huertas aterrazadas, horno de pan, bodega y un hermoso jardín rodeado por un muro circular. Sufrió varios incendios y fue arrasada en la última guerra carlista por las tropas liberales.
Romana de Urdinola (la tatarabuela del actual Duque de Alba) promovió en 1887 su reconstrucción dentro del gusto romántico. El arquitecto Pedro Recondo mantuvo el aspecto de torre exenta y restituyó todos sus detalles simbólicos.
Áncora recuerda que la protección del inmueble fue reclamada desde el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco en su momento.
«Ahora la mole de hormigón del nuevo Kulturetxe se alza frente al casco antiguo, muy próxima a la iglesia de San Esteban, que ha sufrido serios daños estructurales causados por las obras de cimentación. Se hubiera podido integrar la Torre de Urdinola en una ampliación contemporánea sensible y respetuosa. Con esta inculta y agresiva intervención se ha perdido un elemento clave para la memoria histórica de Oiartzun alterando de forma grave e irreversible su imagen urbana».
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