«Semejante cúmulo de ilegalidades», dice Áncora en referencia al hotel Nobu, «no resulta fácilmente subsanable». «Difícilmente podrá obtenerse la reapertura del local a corto plazo», añade, y critica «la doble vara de medir del Departamento de Urbanismo, que se muestra intransigente con los particulares que realizan pequeñas reformas en sus viviendas, tolerando cualquier anomalía cuando se trata de grandes inversores o cadenas hoteleras».
La tirantez entre la asociación conservacionista del patrimonio y el Ayuntamiento donostiarra ha dado un paso más de la mano de lo ocurrido en el hotel Nobu de Miraconcha, forzado a cerrar hacía días por una serie de irregularidades que el Ayuntamiento no ha concretado y en coincidencia con la denuncia de Áncora sobre malas prácticas en la reforma arquitectónica. El hotel llevaba tres meses operando sin licencia.
Este pasado martes el alcalde Eneko Goia desvinculó el cierre de la denuncia de Áncora recordando que la orden fue anterior al comunicado de la asociación.
«En sus recientes declaraciones el alcalde de San Sebastián ha evitado en todo momento hablar de patrimonio arquitectónico y asegura que el cierre del establecimiento obedece a otros factores distintos, como haber operado sin licencia de Primera Utilización (…) procede aclarar que tratándose de un edificio catalogado, la concesión de licencia de Primera Utilización se encuentra supeditada a la verificación previa del cumplimiento del PEPPUC«, incide la asociación en un comunicado.
Áncora afirma que los técnicos municipales deben emitir un informe preceptivo en relación con la efectiva observancia del régimen de protección concurrente, «cuestión que adquiere importancia capital para determinar las posibilidades de reanudar la actividad». Y añade que en Miraconcha 32 las infracciones han sido «múltiples y notorias» (levante no autorizado, derribo de fachadas catalogadas, alteración de la imagen arquitectónica protegida, etc).
Critica Áncora que se llegue estas situaciones por una «falta de vigilancia municipal» y que sean los ciudadanos quienes tengan que denunciar ejerciendo la necesaria función de control, que por ley corresponde asumir al Ayuntamiento. También critica «las descalificaciones del alcalde, quien lejos de agradecer la labor desinteresada de las entidades de defensa del patrimonio se dedica a desprestigiarlas ante los medios de comunicación».
Áncora aclara en el comunicado que no ha pedido el cierre del hotel Nobu, pero sí reclama «el cumplimiento íntegro de la normativa de protección de patrimonio».
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