La asociación Áncora ha presentado una denuncia en el Departamento de Urbanismo de Donostia por las obras efectuadas en el Hotel Nobu, en Paseo de Miraconcha nº 32, que según la asociación conservacionista vulneran el Plan Especial de la Protección del Patrimonio Urbanístico y Construido (PEPPUC).
Además de «irregularidades» de carácter arquitectónico, Áncora incide en un comunicado en que «el establecimiento opera sin la licencia de Primera Utilización preceptiva y carece de licencia de funcionamiento, lo que ha llevado a dictar sendas medidas preventivas de paralización de la actividad (con fecha 11 de agosto y 6 de noviembre) que están siendo incumplidas».
Nobu no ha respondido a las críticas, si bien DonostiTik se dirigió a la empresa para que diera su versión.
En un comunicado la asociación patrimonialista recuerda que el hotel Nobu (que pertenece a una cadena que cuenta entre sus socios con Robert de Niro) se inauguró a principios de agosto tras ocupar una villa de 1902, obra del arquitecto donostiarra Francisco Urcola.
«Irregularidades»
Las irregularidades que denuncia Áncora incluyen «la destrucción de la fachada posterior y ambos laterales en su práctica totalidad, quedando el edificio histórico reducido a su mínima expresión material, equivalente a una delgada lámina frontal o papel de fumar».
«Estas actuaciones», según Áncora, «además de infringir el PEPPUC, no están amparadas por la licencia urbanística de Derribo, que sólo permitía el vaciado interior con preservación estricta de sus cuatro fachadas. Tampoco las permite la licencia de Obra Mayor, que impone la realización de los refuerzos estructurales y apuntalamientos necesarios para conservar toda la envolvente protegida».
Además Áncora denuncia «la eliminación ilegal» de elementos que estaban declarados «permanentes» y «no eran sustituibles». Y se refiere al alero de madera con todos sus jabalcones, el balcón de carpintería artística de su fachada principal y la herrería de estilo y época modernista, que llevaba inserto el nombre de la finca en su parte central.
Asegura Áncora que «la devaluación del inmueble se completa con un recrecimiento clandestino que resulta muy notorio si se compara el estado actual con las fotografías previas a la intervención». Esta elevación sería de 1,20 metros. «Como consecuencia de este levante se ha modificado el sistema de proporciones y la composición de su fachada, desvirtuando la imagen arquitectónica de la villa histórica, que constituye el atributo protegido en la normativa municipal».
La asociación conservacionista ha pedido que se abra una investigación y se hagan mediciones in situ, ordenando el derribo de lo ilegalmente construido y la restitución de la imagen arquitectónica de la villa protegida.
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