Áncora denuncia los fenómenos de «combustión espontánea» que «proliferan» en San Sebastián. Se expresa así en un comunicado en que igual que hizo hace veinte días tras el incendio de Villa Beste Aldekoa en Loiola, incidiendo en el valor arquitectónico de la villa calcinada, se refiere ahora a Villa Euskal Kabiya, que ardió en la mañana de este martes. La asociación patrimonialista critica en el mismo comunicado «las dinámicas especulativas subyacentes amparadas activamente desde el Gobierno Municipal».
En el caso de Villa Beste Aldekoa, que ardió el 2 de febrero, la asociación denunciaba que solicitó «en repetidas ocasiones la protección de esta villa: la última vez con motivo de la reciente revisión del PEPPUC, sin obtener respuesta municipal».
En el caso de Villa Euskal Kabiya, que se quemó ayer, Áncora incide en que el Ayuntamiento decidió no incluirla en el Catálogo de Protección en vista de su estado (provocado en parte por sus anteriores propietarios, según manifiesta la asociación en el comunicado).
«Una vez descatalogada la finca fue vendida a Grosaenea, S.L, que promovió un Plan Especial en esta parcela urbana convirtiendo la tipología residencial de ‘bajo desarrollo’ en otra de ‘edificación abierta’, lo que le permite aumentar el aprovechamiento, alcanzando el número de 9 viviendas en lugar de las 4 previstas en el Plan General».
Villa Euskal Kabiya era una villa neovasca del año 1917, proyectada por el maestro obras Miguel Irastorza. La finca posee una extensión de 1.542 m2 e incluye en su límite inferior una dependencia con funciones de portería y garaje construida dentro del mismo estilo regionalista por el arquitecto Manuel Antonio Setién en 1927.
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