Las obras de la farmacia Sotos, situada en la Alameda del Boulevard 2 de Donostia, han comenzado y Áncora, que venía reclamando su inclusión en el PEPPUC (plan especial de protección) critica que del local de los años 30 «no va a quedar nada». Fuentes municipales han respondido que licencia de obra y autorización foral se han concedido con la condición de que por fuera el acabado sea igual.
«La farmacia Sotos llegó a su 90 aniversario en condiciones de integridad y autenticidad, preservada por unos propietarios que eran conscientes de su valor patrimonial. Ha sido destruida en las últimas semanas para renovarla adaptándola a los estándares actuales, dado que carecía de protección», denuncia la asociación conservacionista, que añade que del local de los años 30 no ha quedado nada: «el proyecto aprobado plantea una restitución aproximada de su imagen exterior, reemplazando el mármol por caliza, la madera por planchas metálicas y su color verde original por el negro».
Áncora tiene claro que «el ejemplo de la Estación del Norte no es el modelo para seguir»: «no podemos normalizar el derribo total y posterior reconstrucción en imagen de elementos con valor patrimonial».
Y respecto al valor patrimonial de los comercios recuerda que «solo en los últimos tiempos han desaparecido tiendas emblemáticas en San Sebastián como La Esperanza, Erviti, Transportes Lasarte, Bar Barandiarán o Ajuria.
La historia
A pesar de su corta vida José Manuel Aizpurua está considerado una de las figuras más representativas de la arquitectura española del período de entreguerras. Fundador y líder del Grupo Norte del GATEPAC (Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea), se formó en la Universidad de Madrid. En 1928 abrió un estudio en la calle Prim junto a su socio Joaquín Labayen, y su actividad no se limitó a la construcción del Real Club Náutico.
En el ámbito de la arquitectura comercial dejó varias obras en San Sebastián como su propio despacho profesional, la pastelería Sacha, el Bar Yacaré y el Café Madrid, todos desaparecidos. Otros locales no llegaron a materializarse, pero se conservan sus diseños acuarelados expuestos en la colección permanente del Museo Reina Sofía.
En la Parte Vieja realizó una farmacia por encargo de José Sotos Guridi: era un local que ocupaba el ángulo entre la calle San Juan y la Plaza de Sarriegui. Se trató de un proyecto integral que incluía no sólo la renovación completa de las fachadas, sino también el mobiliario y la decoración interior. La inauguración fue el 6 de julio de 1933 y acudió el alcalde Sasiain.
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