La asociación Áncora denuncia que ha comenzado el derribo del inmueble de Aldamar 1, que hace ángulo con la calle Iñigo. La asociación considera «una anomalía» la falta de protección de esta casa donde, por cierto, la pasada semana se desató un incendio fortuito e intervinieron los bomberos.
La casa data del año 1889, posee estructura de madera y fachada de arenisca extraída de las canteras locales. Fue erigida conjuntamente con el contiguo número 3, respondiendo ambas a un proyecto arquitectónico común. Estos edificios gemelos se cuentan entre los más antiguos de la calle Aldamar.
Su autoría corresponde al maestro de obras Domingo Eceiza, natural de Vidania y titulado en la Escuela de Valladolid, que también ejerció en ambos solares de promotor. Eceiza firmó construcciones emblemáticas como el desaparecido frontón Jai-Alai de Ategorrieta o el balneario de Nanclares de la Oca y trabajó como contratista de obras en el Palacio de la Diputación. En la ciudad existen dos docenas de edificios de este maestro de obras, todos ellos catalogados con la única excepción de Aldamar 1-3.
La «anomalía»
En opinión de Áncora la falta de protección en este caso «constituye una anomalía porque son prácticamente las únicas casas del siglo XIX que no se han incorporado al PEPPUC. Pertenecen al ámbito CE.04 ENSANCHE, cuyas Normas Particulares exigen como objetivo prioritario «la preservación rigurosa de los trazados y el patrimonio arquitectónico que constituyen, la base fundamental de su calidad ambiental».
«En el centro de San Sebastián, el criterio común desde los años 80 ha consistido en preservar las fachadas históricas prácticamente sin excepción. De hecho hay innumerables ejemplos de edificios catalogados que presentan características constructivas análogas a éstos», apunta Áncora, que además recuerda que las casas de Aldamar 1-3 están incluidas en el Inventario de Patrimonio Histórico-Arquitectónico de la C.A.V (Orden nº 92, ficha 78). Y es que el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco consideraba necesaria su incorporación al PEPPUC y recomendaba hacer únicamente intervenciones de consolidación o restauración.
Áncora también pidió su conservación, «alegación que no fue examinada ni respondida por el Ayuntamiento durante la reciente revisión del PEPPUC, motivando la interposición de una demanda ante el TSJPV y de un recurso posterior, actualmente en fase de tramitación».
Informes contrarios al derribo
Denuncia Áncora también que «un técnico municipal, que actuaba en el ejercicio estricto de su competencia, fue desautorizado de manera intempestiva por un superior» al encarar la posible protección del edificio.
Áncora, que asegura que hubo informes tendentes a proteger este edificio, vuelve a acusar al gobierno municipal de «falta de transparencia en la gestión urbanística. Cabe recordar que no es la primera vez que se esconden informes técnicos en materia de patrimonio: en septiembre de 2019 se dio esta misma circunstancia con el Bellas Artes, mereciendo la denuncia conjunta de todos los partidos de la oposición».
También recuerda la asociación que fueron recogidas más de 1.000 firmas para apoyar la conservación de Aldamar 1 y que «el derribo viene suscitando un gran malestar entre los vecinos de la Parte Vieja». «En esta casa se encontraba el añorado bar Rekalde, clausurado en 2019 para favorecer la operación inmobiliaria en curso. El edificio contiguo de Aldamar 3 participa de sus mismas características y es de propiedad municipal, por lo que seguirá previsiblemente la misma suerte».
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