(EFE). Familiares, vecinos y amigos de Ramón Díaz, el cocinero de la Comandancia de Marina de San Sebastián asesinado por ETA hace 23 años, han celebrado este viernes un homenaje en su memoria en el barrio de Loiola, donde se cometió el atentado.
Como cada año, a las ocho de la mañana, la hora en la que Díaz fue asesinado, sus allegados han colocado una gran fotografía suya, en la que se le ve cocinando, junto al lugar en el que murió al explotar una bomba-lapa adosada a su vehículo.
Al pie de la fotografía han depositado ramos de flores y velas, tras lo que han guardado un minuto de silencio en su memoria.
El acto, organizado por el Club Deportivo Loiolatarra, ha contado con la presencia de la viuda del asesinado, Pilar Gorostegi, y de sus dos hijos, Aintzane y Arkaitz, que han estado arropados por miembros del club al que pertenecía su padre y por representantes de todos los grupos municipales.
El presidente de la sociedad, César Casajús, ha recordado a Ramón Díaz como una «persona extraordinaria, un socio muy implicado en el club, gran cocinero y, sobre toda, con gran corazón».
Entre los asistentes se encontraba el alcalde de la ciudad, Eneko Goia (PNV), junto a concejales de todas las siglas políticas, entre ellos Marisol Garmendia (PSE), Jabi Vitoria (EH Bildu), Borja Corominas (PP) y Arantza González (Elkarrekin).
Esta sociedad deportiva y gastronómica, de la que Ramón Díaz fue presidente y responsable de la Comisión de Pelota, conmemora su centenario por lo que el Ayuntamiento ha entregado a sus responsables, una vez finalizado el acto, la bandera de la ciudad que ondeó en la Plaza de la Constitución el pasado 20 de enero durante la conmemoración de la Fiesta de San Sebastián.
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