El estreno de ‘Mientras dure la guerra’ de Alejandro Amenábar es uno de los grandes acontecimientos de este Festival de San Sebastián que arrancó ayer. Crítica y espectadores han respondido ya a la llamada y se han sentado a ver un capítulo esencial de la reciente historia española, el que sitúa en los mismos planos a Franco y Unamuno, unos acontecimientos que van más allá de la anécdota y que se conoce menos de lo que parece, como ha manifestado el cineasta. «La película llama la atención sobre el repunte del fascismo cuando estamos viendo que los extremos vuelven y se dan situaciones que me inquietan bastante: falta de respeto, pasión desaforada… Yo soy optimista, pero sí es una alusión a nuestro presente», ha expresado Amenábar.
Junto a él se ha presentado a la prensa el equipo prácticamente al completo. Eduard Fernández (Millán Astray), Karra Elejalde (Unamuno), Santi Prego (Franco), Nathalie Poza…
Sobre el personaje de Franco, Amenábar ha querido ir más lejos de lo habitual y de lo aparentemente conocido del personaje. «Queríamos hacer una versión más seria y profunda de Franco. Intentábamos entrar en su cabeza», ha explicado, añadiendo que no han querido obviar esos elementos visibles del personaje que han pasado a la posteridad: «No tenía los modos de mando, pero la mosquita muerta se fue transformando. Y eso forma parte del personaje. Tenía un gran tesón y se sobreponía a características como su voz o su timidez. Queríamos jugar con eso».
Sólo lograr la voz le llevó a al actor Santi Prego seis meses de trabajo. «Después fue un juego».
No se atreve Amenábar a compararse con Unamuno («me gusta la libertad tanto en mi carrera como en mi vida pero él era una mosca cojonera muy brillante e inconformista») y ha reconocido que los vericuetos de la narración no son conocidos por las personas de su edad. «Mi generación pasó de puntillas por la Guerra Civil», ha manifestado, «y eso lleva a no ver conexiones con lo que puede volver a pasar».
Se ha referido Amenábar también al «golpe dentro del golpe» de Franco y a ese cambio de bandera que llevó a cabo cuando el levantamiento se había hecho contra un Gobierno, pero no contra la República. También queda reflejado en la película.
Interrogado por la alusión a la bandera, el director ha sido claro: «En este país tenemos un problema con los símbolos. No estamos de acuerdo ni para cantar una canción. Esa bandera representa lo que hay».
‘Mientras dure la guerra’ echa a andar en el Zinemaldi y va a dar mucho más que hablar.
Deja un comentario