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Exposición

Amable Arias, un artista entre las bambalinas del Teatro Principal de San Sebastián

La serie forma parte de la donación de 105 dibujos y acuarelas que la compañera del artista (1927-1984), Maru Rizo, hizo al museo el pasado año

Presentación de la muestra de Amable Arias sobre el Teatro Principal de Donostia en San Telmo Museoa. Foto: D.K

(EFE). Vedettes de revista, actores, bailarines, sastras, acomodadoras y otras vidas entre bambalinas protagonizan las acuarelas y dibujos que Amable Arias hizo a los artistas que poblaron el Teatro Principal de San Sebastián en los años 50 y que se exponen desde hoy en el Museo San Telmo de la capital guipuzcoana.

Amable Arias - Amable Arias, un artista entre las bambalinas del Teatro Principal de San Sebastián

La serie «Teatro Principal» forma parte de la donación de 105 dibujos y acuarelas que la compañera de Amable Arias (1927-1984), Maru Rizo, hizo al Museo San Telmo el pasado año, de las que se exponen ahora 79 junto con 29 fotografías de artistas dedicadas.

Amable Arias llegó en 1942 a San Sebastián desde Bembibre (León) seis años después del accidente que le destrozó la pelvis, lo que le obligó a depender de unas muletas el resto de su vida, y le llevó a vivir su juventud recluido en casa.

Tras el abandono de su marido, un hombre maltratador que mostraba inquina por su hijo, la madre de Amable Arias comenzó a trabajar en 1951 en el guardarropía del Teatro Principal. Mientras la ayudaba en algunas tareas, el joven tuvo la oportunidad de ver de cerca a los artistas que se suben al escenario.

Amable Arias2 - Amable Arias, un artista entre las bambalinas del Teatro Principal de San Sebastián
Muestra de Amable Arias sobre el Teatro Principal de Donostia en San Telmo Museoa. Foto: D.K

«Acudía a la tramoya porque me atraía el mundo tras el escenario: actrices, actores, cómicos, cantantes, bailarinas, chicas y un muy largo abanico de luces de fantasía», recoge el propio Arias en uno de los cuatro escritos inéditos sobre sus vivencias que se incluye en el catálogo de la exposición.

Entre 1955 y 1959 Arias, cuya formación académica se remite a las clases de pintura que había recibido de Ascensio Martiarena, elaboró dibujos y acuarelas de artistas.

Son retratos «sin rasgos fisiológicos» pero que revelan «una excepcional capacidad para captar actitudes y gestos», ha señalado el comisario de la exposición, Miguel Lertxundi, en la presentación de la muestra.

«La del Teatro Principal es una serie fundacional de Arias» en la que se empezaba a atisbar lo que será su obra, ha señalado Lertxundi, que considera que la experiencia y la cercanía con el mundo del teatro proporcionó al creador el espíritu crítico que imbuyó su obra después.

En esos años el Teatro Principal ofrecía una programación heterogénea en la que cabía desde el cine, la ópera, el teatro, la danza clásica y el baile español, pero la «reina de los espectáculos era la revista», ha señalado Lertxundi.

«Un género muy elástico que incluía números diferentes en el que la estrella indiscutible era la vedette, mujeres llenas de sensualidad y erotismo», ha afirmado.

En ellas se centra la primera de las cuatro partes en las que está distribuida la exposición, en la que se incluyen fotos dedicadas a Amable Arias y retratos de Lina Morgan cuando representó en 1957 San Sebastián «Mujeres o diosas» y de Queta Claver.

Las piezas están elaboradas en un papel de baja calidad, ya que Amable Arias no tenía recursos para comprar mejores materiales y reservaba el papel bueno para los dibujos a tinta negra, según afirma el propio autor en los escritos incluidos en el catálogo.

El apartado «Actores y cómicos», que recoge los retratos que Arias hizo a Sáenz de Heredia, Antonio Casal y otros artistas de la época, da paso a una sección dedicada a cómicos como Cassen y fotos dedicadas de estrellas como Imperio Argentina y Antonio Machin.

La exposición cierra con una serie dedicada al Teatro Principal en el que se incluyen acuarelas de acomodadoras como Ana Mari Vidaurre, que tuvo una actitud protectora hacia Amable Arias, sastras y otras profesiones.

Un apunte sobre el foso de orquesta «olvidando la perspectiva» es una de las piezas en las que es «más reconocible» el carácter que Amable Arias desarrollará en su obra en los años 60, ha asegurado Lertxundi. Más información sobre Amable Arias, aquí


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