Nuestros viejos senderos están cargados de leyendas, de cuentos, del poso que dejaron caminantes que, durante milenios, han grabado su impronta en los antiguos pasos de montaña. Senderos que atesoran una antiquísima historia y que hunde sus raíces en lo más profundo de los tiempos. Es un tanto vertiginoso, el pensar que, por estos caminos que hoy pisan nuestras viejas botas, caminaron pastores neolíticos hace milenios, luego vinieron ejércitos, peregrinos, comerciantes, viajeros, bandoleros. Estas gentes nos dejaron su herencia, su herencia cultural, en mágicos rinconcitos de nuestros bosques, collados y cimas. Ir al blog
Deja un comentario