Se dispara la imaginación de los donostiarras viendo la excavación que hoy ha comenzado junto al muro de la Concha, en la playa, a la búsqueda de los restos de un barco que quedó olvidado en este punto pero registrado en la cartografía del siglo XVIII. Así lo ha explicado Xabier Alberdi, responsable del área de investigación de Albaola y director del Museo Marítimo Vasco, que ha recordado que la playa de la Concha es un tesoro en lo que se refiere a restos arqueológicos. «San Sebastián tiene una ocupación de 2.000 años. Muchas embarcaciones se fueron a pique», ha explicado.
No se sabe a ciencia cierta de qué época es el barco ni si se mantenía ahí cuando se construyó el muro sobre pilotes de madera entre los cuales previsiblemente había restos de esta embarcación. Pero lo cierto es que entre 1753 y 1754 se elaboraron planos para la construcción del muro que serviría de protección de las murallas de la ciudad y ahí aparece registrada la embarcación.
Cuatro arqueólogos de Albaola y un operario con una excavadora aprovecharán las mareas vivas de aquí al miércoles.
Si aparecen los restos del barco se recogerán muestras para la datación con carbono 14. «Si es del siglo XVIII quizá no merezca la pena hacer una excavación más en profundidad porque conocemos bien las naves de la época. Pero vamos a ponernos tremendos. ¿Por qué no va a ser medieval?», se preguntaba esta mañana Alberdi. Si la nave aparece y tiene interés habría que organizar una segunda parte de este trabajo consistente en una excavación arqueológica en profundidad.
El equipo sólo puede trabajar con marea baja y esta mañana soleada eran cientos de curiosos asomados a la barandilla viendo el trabajo de la excavadora sacando piedra y madera. Una madera esperanzadora. «Alguna es de los pilotes pero otra es de embarcaciones».
Con este proyecto llevaba Albaola mucho tiempo en la cabeza pero necesitó la inyección económica de Kutxa Fundazioa con sus ayudas a la investigación. El resto ha sido ponerse en marcha con la ilusión que caracteriza estas causas.
Hay varios pecios en la playa de la Concha. Uno frente a los relojes, conocen la ubicación de otro cargado con hierro, hay también restos de embarcaciones romanas… «Es una zona muy rica en cuanto a arqueología», ha comentado Alberdi, añadiendo que «el problema es que la quema de la ciudad en 1813 supuso la desaparición de casi todos los documentos y eso supone una carencia importante para estos trabajos. No tenemos ni las actas municipales. La principal fuente de información que tenemos es esta, la arqueología«.
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