(EFE). Aintzane Pujana, la joven donostiarra que murió acuchillada en enero de 2021 en Aizarnazabal (Gipuzkoa) pidió «a gritos» mediante mensajes y llamadas telefónicas a su exnovio que fuera a buscarla, cuando era trasladada en coche por los dos acusados de su muerte para ofrecer un servicio sexual en Azpeitia al que ella se negó.
Así lo ha desvelado este lunes el responsable de la investigación de este crimen, quien ha declarado por segunda vez en el juicio que se sigue en la Audiencia de Gipuzkoa contra la pareja acusada de la muerte de Pujana, que se enfrenta a una petición de prisión permanente revisable por parte de la Fiscalía.
Este policía, quien ya declaró por primera vez la semana pasada en esta vista con jurado, ha acudido ahora nuevamente a la sala para dar una visión global de la investigación que desarrolló la Ertzaintza y que, según ha vuelto a asegurar hoy fue una de las más «intensas» realizadas en Gipuzkoa sobre un crimen.
En su testimonio, este agente ha opinado que para esclarecer lo sucedido fueron «determinantes» los informes «periciales» desarrollados por sus compañeros, varios de los cuales también han comparecido hoy para dar cuenta de las huellas dactilares, tránsitos de teléfonos móviles y muestras de sangre encontradas en distintos objetos vinculados con los hechos, entre ellos unas zapatillas que al parecer vestía la víctima el día de su muerte.
Repaso a la investigación
Durante la comparecencia, el jefe de la investigación ha repasado distintos momentos de las pesquisas que llevaron a la Ertzaintza a sostener que la muerte de Pujana tuvo lugar en el agroturismo de Aizarnazabal en el que residía junto a los dos acusados, tras haberse negado a prestar un servicio sexual el 1 de enero de 2021 en Azpeitia y haber pedido ayuda telefónica a su exnovio durante el trayecto de ida a esta localidad.
Según esta tesis, en el viaje de regreso a Aizarnazabal la pareja habría hecho una parada durante la que Pujana habría sido víctima de una paliza y posteriormente, ya en el agroturismo, habría sido agredida nuevamente antes de ser acuchillada. La pareja se habría deshecho luego del cadáver en un paraje cercano.
En esta línea, el jefe de la investigación ha desgranado hoy diferentes hitos de relevancia en las pesquisas que permitieron a la Ertzaintza poner el foco en los acusados, como el descubrimiento de un tique de la OTA con la matrícula del coche de los procesados a «cien metros» del lugar donde luego se halló el cadáver, así como la denuncia de desaparición que interpuso el exnovio de la chica, lo que facilitó la identificación del cuerpo.
Trayectos llamativos
Este policía ha incidido también en lo «llamativo» que resultó a los investigadores el hecho de que el coche de los inculpados tardara solo 18 minutos en ir de Aizarnazabal a Azpeitia, pero empleara 50 en volver, en un contexto en el que no había tráfico por las limitaciones impuestas por la pandemia de la covid-19.
Ha constatado asimismo que el móvil de la víctima, que nunca fue encontrado, dejó de estar activo a las 4.48 horas de la madrugada del 2 de enero. Un dato que ha llamado «poderosamente la atención» del fiscal porque, según ha desvelado el representante del Ministerio Público, «casualmente» un minuto después, a las 4.49 horas, el acusado varón hizo una llamada desde uno de los dos móviles que utilizaba al exnovio de Aintzane, que fue quien luego denunció su desaparición de la chica.
El policía ha revelado además que la investigación también permitió determinar a través de unas cámaras que los acusados compraron productos de higiene en un supermercado y que limpiaron el coche donde habían transportado a Pujana, a pesar de lo cual se encontraron restos de sangre de la víctima en la parte trasera del vehículo.
Este ertzaina ha recordado además que los investigadores también localizaron distintas muestras de sangre de la chica en el agroturismo de Aizarnazabla en el que convivía con los inculpados. El juicio continuará mañana con la comparecencia de distintos peritos.
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