(EFE). Aquejado por un ataque de «celos» que sufrió mientras estaba con su pareja en un monte de Irun cogió por los pelos a su novia, la introdujo en su automóvil y, al grito de «nos vamos a matar», comenzó a conducir a gran velocidad mientras intentaba arrojarla del vehículo con la supuesta intención de matarla.
El presunto autor de estos hechos, que será juzgado el próximo mes en San Sebastián, se enfrenta ahora a una petición de cárcel de trece años de prisión por parte de la Fiscalía, que le acusa de un delito de homicidio en grado de tentativa, de otro de maltrato habitual, de un delito continuado de vejaciones injustas y de un cuarto delito de maltrato no habitual en el ámbito de la violencia sobre la mujer.
Según recoge el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso EFE, la pareja había mantenido una relación sentimental de siete años, durante la que el encausado y su víctima convivieron en un domicilio de la localidad fronteriza en el que el varón presuntamente sometió a la chica a «violencia psíquica y física de manera habitual».
Trato violento
A lo largo de este período, con su «trato violento» el hombre, que se encuentra en prisión provisional por estos hechos, habría creado en la relación «un clima de angustia y miedo» con el que supuestamente «sometió a su pareja a violencia psíquica y física de manera habitual en forma de empujones, golpes, insultos y vejaciones» y «llegando incluso a romper el mobiliario doméstico».
En este contexto, también «era habitual» que se dirigiera a la mujer «con ánimo de humillarla» mediante expresiones como: «no vales la pena, no eres una madre, hija de puta, malparida y cabrona».
En uno de estos momentos en los que el encausado «se tornó agresivo» presuntamente empujó contra la pared de la vivienda a la víctima, hasta que el hijo de la mujer, menor de edad, tuvo que intervenir «para separarles».
Los celos
El episodio más grave tuvo lugar el 31 de diciembre de 2021, cuando la pareja regresaba en coche desde Madrid a Irun, localidad en la que, a su llegada, se dirigieron al monte San Marcial donde, ya en el exterior del vehículo, mantuvieron una discusión «motivada por los celos» del varón.
En el transcurso de esta disputa verbal, el procesado presuntamente agarró por los pelos a la mujer y la introdujo a empujones en el coche, donde la situó en el asiento del copiloto, al tiempo que le decía reiteradamente que iba a acabar con su vida y en una oportunidad le espetó: «nos vamos a matar».
Seguidamente, el acusado «condujo a gran velocidad» en dirección a Errenteria al tiempo que, en un momento del trayecto, abrió la puerta del copiloto, desabrochó el cinturón de seguridad de la mujer y «con ánimo de causar su muerte» y «sin cesar la marcha» supuestamente «la empujó hacia fuera» del automóvil mientras las piernas de la chica quedaban suspendidas en el aire» durante varios minutos en los que se golpeó «con la puerta y con la calzada».
«Voy a acabar con la vida de los dos»
Mientras tanto el hombre le gritaba: «me voy a arrojar por un precipicio y voy a acabar con la vida dos», hasta que al llegar a la altura del campo de tiro de Jaizkibel, según el texto de la Fiscalía, la mujer logró arrojarse al suelo aprovechando un momento en el que un segundo coche que circulaba por la vía se interpuso delante del vehículo del acusado, quien se vio obligado a «aminorar la marcha».
A consecuencia de este incidente, la víctima sufrió diferentes lesiones, equimosis y abrasiones de las que tardó ocho días en recobrarse.
Según el examen practicado a la víctima por la Unidad de Valoración Forense Integral, la chica presenta afectación psicológica y psicosocial de gravedad con sintomatología de carácter ansioso depresivo «compatible con los hechos de la causa», que «presentan indicadores compatibles con un supuesto de maltrato físico, psicológico y ambiental en relación con la asimetría de poder característica de la violencia de género en un contexto de consumo de alcohol y otras sustancias».
Por su parte, el acusado presenta «factores psicosociales de riesgo relevantes y compatibles con una situación de asimetría y control características de la violencia sobre la mujer».
En Euskadi existe un servicio de atención telefónica 24 horas para mujeres víctimas de la violencia machista: 900840111. También se puede llamar en cualquier momento al 112 de atención a emergencias.
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