(EFE). Seis comerciales dedicados a la venta a domicilio de libros serán juzgados el próximo lunes en la Audiencia de Gipuzkoa, acusados de estafar a través de la venta de distintas colecciones un total de 86.150 euros a un vecino de Andoain de 73 años, «fácilmente susgestionable e influenciable» por su «escaso nivel cultural».
En su escrito de acusación provisional, al que ha tenido acceso EFE, la Fiscalía solicita tres años y cuatro meses de prisión por un delito de estafa agravada para cinco de los acusados, mientras que para el sexto demanda sólo cinco meses, ya que en su caso la estafa no llegó a completarse gracias a la intervención de la Ertzaintza.
Según el documento del Ministerio Público, los cinco principales encausados intercambiaban información acerca de posibles clientes «proclives a realizar compras» de los productos que ellos comercializaban.
Apenas escolarizado
A través de este método, entablaron contacto con la víctima, quien «apenas» había sido escolarizada en su niñez y por ello contaba con «reducidas habilidades para la lectura y la escritura» y únicamente tenía «conocimientos básicos de cálculo».
De esta manera, desde inicios de 2016 hasta agosto de 2017, estos procesados habrían convencido al perjudicado para que «adquiriera diversas colecciones de libros» como forma de inversión, haciéndole ver que se trataba de «ediciones de lujo» de «elevado valor económico» y que ellos mismos «mediarían» en su «futura venta» a otros clientes extranjeros.
La víctima obtendría de esta manera un «beneficio económico», aunque en el peor de los casos él «siempre» lograría al menos «la recuperación del capital invertido», según le referían.
Colecciones duplicadas
Con estos argumentos, los presuntos estafadores lograron que el damnificado adquiriera las colecciones que le ofrecían «en ocasiones duplicadas y con diferentes precios».
El texto de la Fiscalía concreta que «en muchas ocasiones» la víctima abonaba los distintos pagos en metálico con «dinero que tenía en su domicilio», aunque en otras oportunidades acudía «expresamente» a una sucursal bancaria «para efectuar extracciones» y satisfacer así «las cantidades que le demandaban como anticipos o señales de los contratos».
El damnificado también habría realizado ingresos en efectivo y transferencias a cuentas bancarias que los procesados presuntamente le indicaban y de las que «en ocasiones» eran titulares ellos mismos.
Financiación
«Utilizando la misma mecánica», prosigue el documento del Ministerio Público, otras veces los presuntos estafadores convencían a su víctima para que pidiera préstamos «con diversas empresas de financiación» con los que pagar las colecciones que le vendían, sin informarle «debidamente» de las condiciones en los que los suscribía.
En este contexto, el sexto procesado tuvo conocimiento de la situación de la víctima «a través de sus contactos en el sector de las ventas a domicilio», lo que presuntamente le movió a intentar «obtener un ilícito enriquecimiento patrimonial» a su costa.
Con este fin, presuntamente hizo una llamada telefónica al damnificado para indicarle que iba a desplazarse a su domicilio un «repartidor» para cobrarle 15.000 euros y firmar «unos papeles» para la venta de una colección de libros «previamente adquirida».
De esta manera, el 10 de agosto de 2017 acudió él mismo al domicilio del hombre, al que supuestamente hizo firmar un contrato de compraventa financiada de tres colecciones de libros y le pidió un anticipo de la operación, aunque no logró culminar su propósito debido a la intervención de agentes de la Ertzaintza «que habían sido alertados sobre las ventas irregularidades» de las que estaba siendo víctima el perjudicado.
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