Como si hubiera aparecido en pleno Festival Marítimo, con el puerto repleto de gente y con un atraque que ha incluido cañonazos, aplausos y vítores a los marinos más avezados (varios de ellos subidos a las velas) ha llegado por fin el Hermione a Pasaia. Con una imponencia que lejos de decepcionar por lo esperada ha entusiasmado a los presentes.
La fiel réplica del barco que llevó a Lafayette a luchar por la independencia americana estará en Gipuzkoa hasta el domingo y será visitada por el público desde mañana a las 10 horas. Y las previsiones, igual que en el festival, se han quedado cortas, ya que hoy se esperaba que serían menos quienes acudirían a recibirlo y sin embargo se han repetido las escenas del sábado y el domingo.
Los 66 metros de eslora, 11,24 metros de manga y 46,9 metros de calado aéreo serán visitados por unas 6.000 personas estos días que cerca han estado de perder la oportunidad (a cuenta de las inclemencias climatológicas primero y de la avería y parada en Vigo posterior).
Sin embargo el Hermione está en Pasaia como salido de una película de aventuras y ajeno a todo lo que ha dado que hablar en Gipuzkoa estos últimos días. Y si el viaje ha sido épico, también lo ha sido el recibimiento. Va a resultar difícil quitarle los ojos de encima…
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