La del 8 de marzo será una huelga de empleo, de pensionistas, de estudiantes y consumo. Y desde Donostiako Feministak han dejado claro esta mañana que la voluntad de este segundo año de reivindicaciones ‘a lo grande’ es «cambiarlo todo», si bien no por ello dejarán de hacer reclamaciones concretas. «Y pedimos a las instituciones que más allá de felicitar a las mujeres por la huelga, el 9 de marzo, comiencen a cumplir con estas exigencias».
El 8 M habrá una marcha rodada desde la cárcel de Martutene a las 10, un acto central en el Boulevard al mediodía, una manifestación a las 19 y varias acciones en los barrios. Todas para instar a ese cambio profundo que exige el feminismo y con hincapié en 28 exigencias concretas.
Entre las 28 reivindicaciones figuran «un pacto social que abra las puertas a un nuevo modelo de ciudadanía inclusivo», «una agenda capaz de superar las relaciones jerárquicas entre la explotación laboral, el sexo-género, el capacitismo y el racismo, para tener soberanía sobre nuestro cuerpo y nuestro territorio para que el trabajo y la riqueza se repartan», «empleo digno para las mujeres», «medidas efectivas para acabar con la brecha salarial y la temporalidad», «la reversión de las privatizaciones y de la subcontratación», entre otras muchas. Por ejemplo «el reconocimiento del empleo doméstico como actividad que crea valor, riqueza y bienestar social», pensiones «dignas» para las mujeres de al menos 1.080 euros, un sistema público propio de cuidado y atención a la dependencia, y desarrollar el estatuto de las mujeres agriculturas, «abastecerlo de recursos y ejecutarlo».
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