«En Gipuzkoa hay niños, niñas y adolescentes que por diversas razones no pueden vivir con sus familias. Necesitan una familia que les abra las puertas de su casa y les acoja», reza un cartel colgado en la web de Beroa, la Asociación de Familias Acogedoras de Gipuzkoa, que mañana celebra en Donostia su XVIII encuentro anual. Concretamente, 85 menores gipuzkoanos están ahora mismo orientados a encontrar un verdadero hogar, cifra Pedro Pérez, presidente de Beroa.
La asociación, coordinada con la Diputación de Gipuzkoa mediante convenio, agrupa y asesora a las familias, siempre con los derechos del menor como prioridad. También gestiona el punto de visita de la capital gipuzkoana, es decir el lugar donde los menores pueden encontrarse con sus familias biológicas.
Actualmente, detalla Pérez, unas 160 familias gipuzkoanas participan en esta noble iniciativa del acogimiento. La gran mayoría se concentran en la zona de Donostialdea y el Bidasoa, aunque también las hay por otros puntos del territorio. Pero las personas dispuestas a ayudar nunca son suficientes.
Por eso, Pérez anima a los particulares «a que pregunten, a que llamen sin miedo» a Beroa para que les informen de las necesidades y posibilidades que hay, o que les escriban un mensaje a través del e-mail o del Facebook. «Nada les obliga» a que finalmente acojan, destaca el presidente, pero lo mínimo es conocer cuán importante puede ser dar este paso, de gran humanidad.
A sus actividades «se les da publicidad», comenta Pedro Pérez, presidente de Beroa. «Pero falta sensibilización», porque el problema es importante. Y hay que procurar que esta posibilidad «llegue a la población», para que esta valore qué puede hacer por el bien de otros.
Formato «radiofónico»
Además de la actividad cotidiana, Beroa también es consciente de la importancia de cónclaves como el de mañana a las 11.00 horas en el auditorio del Centro Carlos Santamaría de Donostia, que lleva el título de Mi realidad, tu realidad, nuestra realidad. Allí, familias y técnicos pueden compartir con sus semejantes las vivencias, retos e inquietudes que les afectan.
El XVIII Encuentro de mañana ha sido definido como «de formato radiofónico», porque tendrá una presentadora -la periodista Maitena Salinas- que irá entrevistando a los distintos protagonistas (eruditos, jóvenes, familias, representantes institucionales…) sobre el escenario, con intermedios amenizados por tres músicos. A la vez, en la muy cercana Facultad de Magisterio, tres aulas han sido habilitadas como servicio de guardería, para cuidar de los más pequeños.
En principio, el evento está destinado a los ya directamente implicados en el mundo de la acogida, porque el aforo es limitado. Pero si algún interesado extra se aproxima a conocerles y hay sitio, según Pedro Pérez «no creo que nadie le vaya a decir que no entre».
Acogimiento en más cifras
Según los datos de los menores coordinados mediante Beroa, 385 de ellos figuran en régimen de acogimiento residencial (en pisos de acogida) y 358 en acogimiento familiar (en los hogares de familias voluntarias). 22 de estos últimos son los acogidos en modalidad de urgencia, es decir, son los casos más «de hoy para mañana», explica Pérez. Se trata de un estadio provisional hasta que vuelven a sus hogares habituales, o se les encuentra una familia definitiva.
Actualmente, unos 85 niños y adolescentes de los pisos están orientados a que puedan incorporarse a una familia de acogida. Para que se les considere aptos o no se valoran distintos factores; por ejemplo, cuando hay varios hermanos, se estudia si conviene o no separarlos, porque es mucho más difícil encontrar familias dispuestas a acoger a más de uno.
Además, las actuales 160 familias se dividen en ‘ajenas’, esto es sin vínculos previos de ningún tipo con el acogido (en Gipuzkoa cuidan de 232 menores); y en ‘extensas’ (126), cuando sí presentan alguna relación: por ejemplo tíos, abuelos, etc.
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