Durante el confinamiento las casas se han convertido en refugio para todos, cárcel para algunos, lugar de juego, de estudio, de reencuentro con uno mismo. Y también en espacio para el ensayo y el entrenamiento como se ve en la imagen. Los pequeños bailarines de la Escuela Municipal de Música y Danza tienen sus correspondientes citas on-line con sus profesores y siguen practicando. Con las mismas ganas y quizá con más mérito. Tabletas, móviles u ordenadores de la casa se ponen a su disposición. Y la casa se convierte en la escuela de danza. No será lo mismo, pero es una gran experiencia.
La imagen del día
7 de mayo/18 horas La casa como escuela de danza
Durante el confinamiento las casas se han convertido en refugio para todos, cárcel para algunos, lugar de juego, de estudio,
Foto: Santiago Farizano
Deja un comentario