«Pedimos disculpas al público que ha tenido dificultades para hacerse con las entradas debido a los problemas técnicos y queremos agradecer a ese mismo público que, a pesar de las dificultades, se ha armado de paciencia y se ha hecho con sus entradas». Así se expresaba ayer el Festival de San Sebastián, que visto el caos que protagonizó el primer día de venta de entradas envió varios mensajes vía redes a los afectados. El problema finalmente se solventó y contra todo pronóstico se vendieron más entradas que el pasado año durante el primer día: 66.000 entradas. Un número récord que no borra la angustia y pérdida de tiempo de muchos aficionados al cine que decidieron hipotecar la mañana del domingo a cambio de sus sesiones.
En su web explicó el propio Festival que tras el fallo generalizado de las 9 horas y suspender la venta se decidió reanudarla a las 12:30 horas. «A las 16:00 horas, pese a la lentitud del sistema por el elevado número de peticiones, se habían vendido 42.000 entradas». Y defendió que la noche anterior se habían hecho las últimas comprobaciones y el sistema funcionaba correctamente.
Según parece el origen del problema estaba en uno de los enrutadores a la base de datos donde tiene alojado el sistema la empresa que provee al Festival el soporte tecnológico del sistema de venta de entradas.
«Cada año trabajamos para realizar mejoras en el servicio. En 2019 se han incorporado servidores más potentes, las más modernas técnicas de virtualización, así como balanceadores de carga para la venta en Internet con el propósito de resolver correctamente todas las peticiones concurrentes, pero el fallo se ha originado en otro proceso del sistema. Ofrecer más de 600 opciones posibles de compra para miles de personas simultáneamente entraña una importante complejidad técnica«, manifestó el Festival disculpándose de nuevo.
Mal empezó el domingo y bien terminó para casi todos (las quejas persisten por internet y hay quien no ha logrado las entradas porque tuvo que abandonar la compra). Los afectados recordaban una y otra vez que éste es uno de los puntos débiles del festival y que hay problemas año tras año.
66.000 entradas vendidas avalan sobradamente el interés del programa y la pasión que despierta el Zinemaldi en Donostia.
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