Una última jornada de Jazzaldia con mucho, mucho que escuchar es la que llega hoy con algunos nombres sobradamente conocidos en este festival: Chick Corea en la plaza de la Trinidad (y las entradas agotadas desde hace tiempo), Gregory Porter en el Kursaal (y el cartel de todo vendido) con homenaje a Nat King Cole, Yann Tiersen cerrando la edición con un concierto que promete ser muy potente y locales como OsoFan, Nerabe o Sara Mansilla en distintos escenarios, entre otras muchas citas. La jornada jazzera está asegurada pese a que como última jornada ya no habrá conciertos en el Escenario Verde.
La jornada del sábado fue intensa, también. Convenció y con mucho a sus recién estrenados seguidores el portugués Salvador Sobral, cuya popularidad tras ganar Eurovisión se convirtió en su mejor baza para arrastrar al público a los escenarios a conocer a este músico que además de su talento musical goza de una conexión importante con quienes le escuchan y en muchos casos no sospechan qué van a ver.
En inglés, castellano y portugués se entendió el joven (respondido siempre con aplausos) en un concierto muy multicultural en que pasó desde los versos de Calderón de la Barca y de Pessoa a Mikel Laboa volviendo siempre a su repertorio del debut Excuse Mi y sin obviar el tema que le lanzó al estrellato, Amar pelos dois, en un festival de Eurovisión que ya no cuenta con sorpresas tan sugestivas como ésta.
Antes que Sobral estuvo en el escenario Benny Green Trio, el pianista estadounidense que ya conoce bien el festival y arrastra a un público que adora un virtuosismo que alcanza límites insospechados en sus dedos.
La noche del sábado también pasó por el Escenario Verde, donde Morgan y Anna Calvi reunieron a miles de personas con apuestas bien distintas.
Los madrileños tienen un público surgido tras sólo dos trabajos en que la voz de Nina (Carolina de Juan) es la principal baza. Esa y el paso de un estilo a otro sin parafernalias de ningún tipo, rock, soul, blues, temas propios y apropiados (con talento) y ganas, muchas ganas.
Anna Calvi no mostró tantas en un concierto que apenas rozó la hora de duración pero donde dejó claro con todo que es una maestra con la guitarra y desgranó temas de sus tres trabajos. Ella puso los últimos compases rockeros a un Escenario Verde que se despide hasta el año que viene.
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