La de ayer en el Escenario Verde fue la noche de Izaro, que en su ascenso por el camino de la música intimista construida con trabajo fino se encontró con el apoyo de miles de personas en el Escenario Verde rendidas a la de Mallabia, que reúne juventud, buen hacer y una conexión con el público maravillosa, más allá del puñado de canciones de Eason que avalan todas sus cualidades. Desde luego el público respondió con entusiasmo a una apuesta que había asonado arriesgada. Detrás llegó el texano Gary Clark con su fusión de rock y soul a mover sin piedad a todos los presentes.
Horas antes el brasileño Caetano Veloso y sus tres hijos, con todo vendido en el Kursaal, presentaron un espectáculo de esos que figuran entre los platos fuertes del festival. Baladas, canciones que son himnos del tropicalismo, y canciones familiares (en los dos sentidos) hicieron pasar al público momentos de emoción y de palmas frente a otros más tranquilos. Entre la nostalgia y el futuro de las nuevas generaciones.
Otro plato muy fuerte de la jornada fue el homenaje a Laboa de Mikel Salvador en el Teatro Victoria Eugenia, un éxito con que Salvador se quitaba la espina de un viejo proyecto y lo hacía al nivel máximo. Y por la noche era el jovencísimo Jacob Collier, también con todo vendido, el que se subía al escenario de la plaza Trinidad también con todo vendido y mucho, mucho, mucho que tocar. Y el territorio ganado de antemano.
En fin, que entre la noche que hacía y la agenda… se disfrutó mucho de la segunda jornada del Jazzaldia.
Para hoy…
Noche local en el Escenario Verde con Amateur (ex La Buena Vida) a las 21 y Mikel Erentxun a las 24 en otra apuesta que suena curiosa y promete ser multitudinaria.
En la plaza de la Trinidad será el turno (con todo vendido) de Dave Holland, el veterano que viene del jazz de Miles Davis o Chick Corea. Con Hussain a la percusión y Chris Potter al saxo promete ser un concierto estupendo. Y Cécile McLorin Salvant, en su revolución del jazz y con su reciente Grammy bajo el brazo, pondrá el contrapunto esperado.
Será el mediodía de Mary Stallings en el Teatro Victoria Eugenia, por supuesto, poco antes de recibir la distinción del festival, y el resto de los escenarios seguirán en su escalada musical.
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