«2016 no debía ser de grandes eventos, su objetivo era formar y dar herramientas a los ciudadanos»

«Para ser fieles a la candidatura no debía ser una Capitalidad Cultural de grandes eventos. El objetivo era formar y dar herramientas a los ciudadanos y de ahí que haya habido tantos talleres». Así se ha expresado esta mañana Xabier Payá, una de las cabezas visibles de 2016, que echa el cierre y hoy ha congregado en una nutrida rueda de prensa en Tabakalera al citado Payá, Pablo Berástegui (director del evento), el alcalde Eneko Goia, el viceconsejero de Cultura Joxean Muñoz, el diputado general Markel Olano y la directora de Relación Cultural con las Comunidades por parte del Gobierno central, Begoña Cerro.
Es momento de empezar a hacer balances y las instituciones lo tienen muy claro. Tanto las locales como las del Estado. Las segundas han afirmado rotundamente que «2016 ha sido un éxito», y las más cercanas insisten en que han cumplido con el encargo, en la huella que la Capitalidad ha dejado hacia el futuro gracias a las redes establecidas y en la convivencia como elemento clave de la programación.
Luego llegan las cifras, cifras que marean y que poco dicen por sí mismas, pero que siempre son esgrimidas al hacer balances. Han sido 2.436 las actividades en los faros y muelles, 2.576 si se suman las Olas de Energía, 3.193 si se añaden las Conversaciones y un total de 6,12 citas culturales o de ocio al día. Sobre todo, como ya se ha dicho, talleres, seguidos de proyecciones, conciertos, sesiones de teatro… y cabe recordar que con un presupuesto que partió de rozar los 90 millones de euros hasta que darse en 46,8 a causa de la crisis.
«2016 ha puesto a prueba esta ciudad y ahora de nosotros depende trasladar al futuro lo aprendido», expresó Payá, siempre en coincidencia con sus compañeros de mesa.
El viceconsejero, de forma similar, manifestó que la Capitalidad «ha apostado por las cosas pequeñas como los títeres, el euskara…» y «ha abierto campos en los que no hay marcha atrás». Y puso el acento en la convivencia lingüística y su proyección.
El alcalde de la ciudad aseguró que Donostia se ha introducido en distintas redes culturales que con el tiempo darán sus frutos y la represente del Estado alabó «el programa cultural audaz y arriesgado con mucho factor experimental».
Curiosamente después de la extensa exposición de los responsables apenas hubo preguntas y no sería por falta de periodistas. Los balances, en fin, son siempre subjetivos. El de las instituciones está claro y el de la ciudadanía seguro que resulta más heterogéneo. De todas formas explicaron los presentes que ahora comienza una evaluación integral cuyos resultados se conocerán en mayo, aunque cabe no esperar sorpresas.