La Quincena Musical pone el foco, hoy, en la Euskal Herriko Gazte Orkestra (EGO). La formación celebra su 25 aniversario dentro de la programación del encuentro donostiarra, y ha escogido para ello una de las creaciones más ambiciosas de Gustav Mahler: la Sinfonía nº 3, que requiere un imponente orgánico orquestal y coral. Para abordarla, la EGO unirá fuerzas con su equivalente canaria, la Joven Orquesta de Canarias (JOCAN), y con las voces blancas del Orfeón Donostiarra, el Orfeoi Gazte y la mezzosoprano Carmen Artaza, dando espacio a más de 200 intérpretes sobre el escenario. El concierto estará dirigido por Víctor Pablo Pérez.
La Euskal Herriko Gazte Orkestra fue creada en 1997 por el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco para proporcionar un cauce de formación musical orquestal a los jóvenes instrumentistas del país.
(No es la primera experiencia de la EGO en la Quincena Musical: «Vamos a tocar con Gustavo Gimeno y Julian Rachlin. Eso resume el nivel de la EGO»)
Junto al lago
La obra que ocupara la totalidad el programa es la monumental Sinfonía nº 3 en re menor de Gustav Mahler. Gran parte de la producción de Mahler vio la luz en una cabaña junto al lago Atter, un idílico rincón de los Alpes austríacos.
Según Franz Lösch, quien le construyó esa cabaña en 1894, Mahler “siempre decía que el lago tenía su propio lenguaje, que el lago le hablaba. Desde la posada no podía oírlo, así que necesitaba tener una pequeña casa justo en la orilla. Cuando escuchaba el lago, componía con más facilidad y las obras fluían completamente formadas desde su cabeza”.
La Sinfonía nº 3, finalizada en 1896, fue la primera creación que “nació” por completo del lago. Cuando Bruno Walter fue a visitarlo ese verano y se mostró admirado por la belleza del entorno, Mahler le recomendó que no perdiera el tiempo observándolo. “Es inútil; lo he recogido íntegramente en mi Tercera”, aseguraba.
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