La Asociación Chernobil Elkartea aglutina a familias vascas que acogen en verano y desde 1996 a niños ucranianos del entorno de la tristemente famosa central nuclear. Y hoy ha denunciado que, por culpa de la guerra iniciada por Rusia en su país, casi 200 menores «con fuerte arraigo en Euskadi y Navarra están en situación de bloqueo sin poder salir de Ucrania». «Desde el sábado pasado no tenemos noticias de ellos», han señalado emocionadas las portavoces en rueda de prensa.
«Son parte de nuestra familia», resumen, y piden un «verdadero esfuerzo» para que puedan venir, tanto los 192 chavales como sus hermanos e incluso sus madres (los hombres mayores de 18 años no pueden abandonar Ucrania, obligados a combatir). Reclaman en concreto «un corredor humanitario seguro y con garantías» para la población del norte de Ucrania, su zona, que ahora mismo «no está sobre la mesa por no alcanzara grandes núcleos de población». En estos momentos, «solo tenemos una decena de menores en tránsito hacia una frontera que, o bien vivían en zonas más cercanas a Kiev, o bien la invasión rusa les cogió circunstancialmente por esa zona».
«Somos conscientes de que no son legalmente ciudadanos de aquí, pero lo son, de hecho, cuando están en nuestros hogares», verdaderos «hermanos de nuestros hijos» todos los veranos y también después. Tienen detrás en Euskadi a «toda una comunidad que nos pregunta a diario cuándo vamos a poder sacarlos de la guerra». Por eso, reiteran, piden a las autoridades un «esfuerzo extra, un verdadero esfuerzo» para sacarlos del horror, dado que en Chernobil Elkartea «hablamos, prácticamente, de reagrupamiento familiar».
Si se dan las condiciones, aseguran, «tenemos capacidad de evacuar y dar alojamiento a más de 400 menores que, debido a su situación de partida, podrían comenzar a pasar hambre en breve», han asegurado las portavoces en rueda de prensa presentada por el alcalde donostiarra, Eneko Goia. Si se pudiera realizar finalmente una evacuación en grupo, «nosotros nos desplazaríamos por lo menos hasta Polonia, y estamos viendo cómo se podría hacer también dentro de Ucrania. Hasta ahí puedo leer», ha comentado una de las responsables.
Una situación desesperada
Estos menores viven «en pequeñas aldeas rurales al norte del país», lugares de difícil evacuación porque su región (Ivankiv), ya tomada por los rusos, dista unos 500 kilómetros de la frontera segura más cercana, la de Polonia. Por si fuera poco, «sus pueblos han sido bombardeados con el paso de las tropas rusas desde Bielorrusia hacia el sur, han destruido hogares, quemado granjas, roto comunicaciones, saboteado el suministro de luz y gas (los móviles se han quedado sin batería y cada vez es más difícil la comunicación, afirma la asociación), y atacan y amenazan a la población civil».
Los habitantes locales no pueden casi ni salir de casa. Les ha llegado algún mensaje del tipo «estamos vivos, tenemos hambre». Y tratan de salir a por algo para comer cuando no están los soldados cerca, porque «tenemos claro que disparan a civiles», aseguran. Se trata desde antes de la invasión de familias de muy escasos recursos, que tendrían difícil el desplazamiento de por sí incluso sin bombas de por medio. En su vida habitual, estos menores ucranianos «no disponen de saneamiento, y viven principalmente del autoabastecimiento».
«Somos realistas», aseguran, «y sabemos que pueden pasar semanas, incluso meses, hasta que las familias del entorno de Chernóbil puedan salir de Ucrania si así lo desean. Por ello, pedimos también el mantenimiento en el tiempo de la Directiva 2001/55/CE, que recoge la obligación de los estados miembros de la Unión Europea de garantizar el alojamiento y sustento de los refugiados de Ucrania, reduciendo al máximo los requisitos burocráticos y legales, y posibilitando que trabajen por cuenta ajena. No nos gustaría que volvieran a sufrir, otra vez, una nueva discriminación».
Captación de fondos
Chernobil Elkartea ha puesto en marcha paralelamente la campaña de captación de fondos de título significativo ‘Radicación y ahora, guerra’, con el objetivo de «atender localmente las necesidades básicas que irán apareciendo en las familias y comunidades con las que trabajamos desde hace décadas. Contamos para ello con una red de voluntarias de confianza».
«El dinero recaudado», continúan las representantes de la asociación, «se destinará íntegramente a satisfacer necesidades de alimentación, medicinas, abrigo, reparación de pozos o infraestructuras de familias sin recursos. Y si llegara el caso, reducir también los costes que supondría un posible desplazamiento de los y las menores a una zona segura».
El número de cuenta creado exclusivamente para esta campaña es: (La Caixa) ES62 2100 6491 1222 0003 6970.
Muestras de carriño
«Vivimos una situación muy dura, en la que hemos recibido múltiples muestras de cariño y solidaridad que queremos agradecer», han señalado las oradoras. «Desde las donaciones, hasta las muestras de apoyo y preocupación, también familias que se ofrecen para la acogida de forma espontánea e instituciones que nos han facilitado sus recursos».
Deja un comentario