Por cada tambor, un euro. Y por cada euro, una comida que podrá darse en Lesbos (Grecia), donde malviven miles de refugiados y Zaporeak atiende a 3.000 personas diariamente. A veces más. Con esta ecuación, que incluye solidaridad, se ha hecho esta mañana un llamamiento en el Ayuntamiento donostiarra para que no haya participante en la tamborrada, ya sea infantil o adulto, que se quede sin el pin que Zaporeak tiene preparado a cambio de ese euro. En total serán 20.000 insignias que, seguro, se van a ver mucho el 20 de enero en el día grande de esta ciudad.
En el Ayuntamiento se han dado cita para apoyar la iniciativa representantes de Zaporeak, la asociación nacida en Intxaurrondo; el alcalde de Donostia Eneko Goia, los tambores mayores de la Unión Artesana y Gaztelubide, el Tambor de Oro de 2023 Javier García Cogorro y la de este año, Isabel Verdini.
Todos han hablado y lo han hecho en la misma dirección. «Es bonito inyectar solidaridad en un día de fiesta como es el 20 de enero», han dicho, poniendo en valor lo que ya está claro para la ciudadanía: «la importancia diaria de la labor de Zaporeak, sin la cual, en Lesbos, la vida sería aún peor».
Desde Zaporeak, con la ayuda de Festak, se pondrán en contacto con las tamborradas para ofrecerles el pin, pero estos también se podrán adquirir en stands situados en la calle o recurriendo a la entidad.
Peio García Amiano, uno de los artífices de Zaporeak, ha vuelto a agradecer la solidaridad vasca que se traduce en las aportaciones económicas y, también, en donaciones como la de las dos sartenes basculantes que les acaba de regalar Fagor.
Para este año han calculado que necesitan un presupuesto de 1.200.000 euros. «Somos valientes y pensamos que lo vamos a conseguir», ha dicho Amiano, que ha vuelto a alabar la solidaridad vasca.
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