Ane lo tenía todo, se sentó con cara de satisfecha en el sofá de su casa y comenzó a repasar su lista de tareas. Todo un hito -pensó- dos días antes no faltaba detalle. Se levantó, caminó hacia su dormitorio, de la manilla del armario superior de su vestidor colgaba etéreo e impoluto su vestido de novia y se quedó mirándolo presa de una intensa emoción. Ir al blog
Blogs: Diarios de Familia, por Gabriela Oyarzabal
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Ane lo tenía todo, se sentó con cara de satisfecha en el sofá de su casa y comenzó a repasar
Foto: Santiago Farizano
Temas: familia
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